10 alimentos que ayudan a reducir la presión arterial de forma natural
Esta condición avanza inadvertida, pero incrementa el peligro de padecer enfermedades graves. Sólo un minoría logra regularla adecuadamente
InfobaeLa hipertensión arterial es una condición silenciosa que afecta a de personas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU. Se produce cuando la presión sanguínea contra las arterias es excesivamente alta, lo que aumenta el riesgo de enfermedades graves. A pesar de ello, sólo una pequeña proporción de personas con hipertensión la controla adecuadamente. La presión arterial se considera alta cuando supera los 120/80 mm Hg.
Alimentos que ayudan a reducir la presión arterial
Para controlar y reducir la presión arterial, incorporar ciertos alimentos a la dieta puede ser una estrategia eficaz. A continuación, se detallan algunos de los más beneficiosos:
Esta fruta es rica en potasio, un mineral esencial que contrarresta los efectos del sodio en el cuerpo. Según estudios, al aumentar la eliminación de sodio a través de la orina, la palta ayuda a reducir la retención de líquidos, lo que a su vez disminuye la presión sobre los vasos sanguíneos y favorece el control de la presión arterial.
Pistachos
Los pistachos no solo son una excelente fuente de grasas saludables, sino que también demostraron en estudios tener efectos positivos en la salud cardiovascular. Varias investigaciones encontraron que el consumo regular de pistachos puede reducir tanto la presión sistólica como la diastólica, lo que mejora el flujo sanguíneo y protege el sistema cardiovascular.
Según determinados estudios, por ser ricas en nitratos, las remolachas son particularmente beneficiosas para la salud vascular. Los nitratos se convierten en óxido nítrico, un compuesto que dilata los vasos sanguíneos, mejorando el flujo de la sangre y reduciendo la presión arterial. El consumo de jugo de remolacha, en particular, fue vinculado a una disminución significativa de la presión arterial.
Granada
Esta fruta es conocida por sus propiedades antioxidantes, debido a su alto contenido en antocianinas. Además de reducir la inflamación, el consumo de granada puede ayudar a disminuir el colesterol LDL (“malo”) y la presión arterial, contribuyendo a la mejora de la salud cardiovascular de manera general.
Chocolate negro
El chocolate negro, que contiene una alta concentración de flavonoides, está asociado a beneficios en la regulación de la presión arterial. Su consumo moderado puede reducir la presión sistólica, lo que favorece la salud de los vasos sanguíneos y mejora la circulación.
Semillas de calabaza
Estas semillas son una excelente fuente de magnesio, un mineral clave para controlar la presión arterial, según estudios. El magnesio tiene un efecto vasodilatador, lo que ayuda a relajar los vasos sanguíneos y facilita la circulación, reduciendo así la presión sobre las arterias.
Café
Aunque el consumo de café es objeto de debate en relación con la hipertensión, un estudio reciente encontró que tomar tres o más tazas de café al día podría estar asociado con una reducción de la presión arterial. Sin embargo, este efecto varía según la tolerancia individual a la cafeína y la severidad de la hipertensión.
Canela
La canela es una especia que no sólo aporta sabor a los alimentos, sino que también tiene efectos positivos sobre la presión arterial. Un estudio de 2021 descubrió que consumir 1500 mg de canela al día durante 90 días puede reducir significativamente la presión sistólica, favoreciendo el control de la hipertensión.
Orégano
El orégano, además de ser un condimento popular, ha demostrado tener propiedades que ayudan a reducir la presión arterial. Según un estudio de 2021, las personas que consumieron una mayor cantidad de hierbas y especias, como el orégano, presentaron lecturas más bajas de presión arterial.
Manzanas
Las manzanas, especialmente su cáscara, son ricas en flavonoides, compuestos que se relacionaron con la mejora de la presión arterial. Estos flavonoides también tienen propiedades antioxidantes que pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, contribuyendo a la salud general del corazón.