Valverde, en el laberinto
La explosión de su mujer en redes evidencia la incomodidad del uruguayo con el baile posicional. Ha recuperado la pegada, pero su desgaste defensivo le pesa para crear.
“Donde mejor juega Fede es de pivote. ¿Cuándo van a entender de una puta vez que Fede no es extremo?”; “Está jugando de extremo. Yo nunca veo que a los delanteros se les recrimine no bajar, pero al boludo que está en todos lados sí”. Fueron dos mensajes que escribió Bonino en redes, respondiendo a seguidores que le habían hecho saber que el partido de Valverde tampoco había sido como para que el cambio en el descanso no fuese una opción. Luego borró dichos mensajes y trató de distanciarse de ellos, pero desvelan dos realidades: que el baile de posiciones que viene sufriendo el uruguayo termina por no gustarle y que el hecho de que los delanteros, Mbappé y Vinicius, trabajen menos sin balón puede causar malestar entre los centrocampistas, que a la postre deben hacer ese trabajo partiendo en desventaja.
Las posiciones de Valverde esta temporada han sido variadas: ha jugado de pivote defensivo puro, como uno de los dos en un doble pivote, como interior (sobre todo por la derecha, aunque también por la izquierda) y en momentos como falso extremo, una posición que en palabras de Bonino le es extraña, pero en la que realmente dio el salto a la titularidad en el Madrid en la temporada 2021-22, jugando ahí la final de la Champions en París ante el Liverpool. De hecho, desde ese puesto de extremo (Ancelotti apostaba por él por razones sencillas: en ataque era un delantero más y en defensa corría a situarse con los medios formando un 4-4-2 que equilibraba al equipo) le dio a Vinicius la asistencia para que marcase el gol que valió la 14ª ante el Liverpool.
Mucho trabajo, poco premio
Fue la temporada siguiente en la que alcanzó su cénit, jugando primero como extremo y luego como interior: marcó 12 goles en la 2022-23, haciendo buena la famosa apuesta que le hizo Ancelotti (”Si tú no marcas al menos 10 goles en una temporada, yo tengo que romper mi carnet de entrenador”, le dijo el italiano). El curso pasado anduvo en labores diferentes y esa efectividad se cortó (apenas tres goles, aunque compensadas con ocho asistencias), pero esta temporada ha recuperado el tino: ya lleva tres tantos a estas alturas. Y su cotización no para de crecer: ya vale, según Transfermarkt, 130 millones de euros. Sólo hay un medio más valorado y es compañero suyo: Jude Bellingham (180 millones).
Pero tan cierto es eso como que ese esfuerzo defensivo le cuesta al uruguayo frescura para aportar más en ataque; muestra de ello es que apenas ha repartido dos asistencias hasta la fecha. Es el medio con más recuperaciones de la Liga (63, empatado con Pedri), pero el sexto con más desplazamientos de balón en el tercio final del campo con 87 (el líder es Pepelu, del Valencia, con 119). Ancelotti sigue dándole vueltas al sistema y está por ver dónde coloca a Valverde próximamente. Tras la derrota ante el Milan, al menos no quiso polemizar con las palabras de la pareja del charrúa: “Es muy complicado opinar de lo que opina la gente en redes. Lo he quitado porque no estaba al 100%, tenía problemas en la espalda. Parecía recuperado, porque entrenó bien ayer (por el lunes), pero no estaba en su mejor nivel físico. Y por eso lo cambié, nada más”.