Nations League | España 3 - Suiza 2 ‘Los Bryan’ son una fiesta
Los goles de Gil y Zaragoza cierran la victoria de España ante Suiza. Antes había marcado Yeremy. Debutaron Paredes, Samu y Barrios.
El gran peligro es que, sin nada en juego, el partido se convirtiera en unas papas arrugadas sin mojo picón, algo digno de hoja de reclamaciones jugándose donde se jugaba. La primera media hora solo dejó un tiro a puerta de La Roja por ninguno del rival, pero justo en ese momento España encontró la luz de un buen ataque. Fue Mingueza quien se aventuró con un pase en largo que rompió de un plumazo un par de líneas defensivas del rival. Morata lo leyó a la perfección, corrió ante Cömert, le hizo un sombrero y ante la presión de Ricardo Rodríguez echó el ancla como solo Roberto Carlos sabía hacer: justo cuando el rival te llega por detrás para intentar recuperar la posición, frenas en seco. No falla, te lleva por delante. El resultado fue un penalti cuyo lanzamiento cedió Morata a Pedri ante el alboroto de la afición. Chutó el azulgrana, despejó Mvogo, volvió a rematar Nico y el siguiente rechace fue aprovechado por Yeremy Pino para fusilar de diestra. Un canario iniciaba esa jugada-carambola y otro la finalizaba.
Susto de Pedri
Pedri se rehízo del fallo aunque acto seguido protagonizó una acción con la que imagino que Hansi Flick a punto estuvo de caerse de la silla del susto. Un resbalón y el posterior pisotón de un rival hicieron que el centrocampista se retorciera de dolor sobre el césped, llevándose la mano a la cara. Afortunadamente todo quedó en nada, aunque me cuentan que Flick decidió ver el resto del partido cómodamente hundido en el sofá.
Las ganas que tenía la afición de ver caras nuevas llevó a De la Fuente a dar entrada en la reanudación a Robert Sánchez por Remiro y a Samu por Morata. Diez minutos después fue Bryan Gil quien entró en escena, con el previsible carrusel de giros y regates por la misma banda que hasta entonces había ocupado Nico Williams. Pero el primero en golpear no fue otro que Joel Monteiro, que había entrado en juego en el descanso. El delantero suizo del Young Boys superó en velocidad a Grimaldo y posteriormente ganó a Paredes en el cuerpo a cuerpo para batir a Robert Sánchez de disparo raso.
Eso sí, faltaba que Bryan Gil demostrara el hambre que tiene, su trabajo incansable en defensa y su colmillo en ataque. El catalán fue el más listo del patio y se inventó un gol donde solo había tedio, la indecisión de los defensas suizos ante un balón sin dueño dentro del área. Bryan dio un paso adelante y frente a la oposición de Cömert soltó un zurdazo que dejó a Mvogo con el molde. Lástima que poco después asistiéramos al torpe penalti cometido por Fabián sobre Sierro. Lo lanzó y lo marcó Zeqiri engañando a Robert Sánchez. Pero faltaba el redoble final, de nuevo con sonido de penalti. Fue ya en la prolongación, en el minuto 92′, cuando Bryan Zaragoza regaló un par de regates que acabaron en pena máxima. Él mismo la lanzó. Ahí estaba el 3-2. Fue la última foto de una noche a la que le pedíamos salud y fiesta. Ambas cosas se cumplieron.