La montaña rusa de Boca contra Vélez: cómo pasó del cielo al infierno en un puñado de minutos

El Xeneize entró dormido al partido y ya perdía 2-0 en los primeros 20'. Logró darlo vuelta por 3-2, pero al instante se le escapó el triunfo: perdió 4-3 y quedó eliminado de la Copa Argentina.

TyC
Boca vivió una montaña rusa de emociones este miércoles en el estadio Mario Alberto Kempes. Lo que pasó en la semifinal de la Copa Argentina contra Vélez solo se puede explicar por las inesperadas inclemencias del fútbol. Es difícil de dirimir cómo es posible que el Xeneize haya pasado de caer por 2-0, a darlo vuelta 3-2 y nuevamente a perder por 4-3. Pero sucedió.


El equipo de Fernando Gago entró dormido al partido y en algún momento pareció que los pibes del Fortín lo iban a pasar por arriba. En apenas 20 minutos, ya estaba 2-0 en el marcador con un gol de Agustín Bouzat, quien cumplió la inexorable Ley del Ex, y otro insólito en contra de Nicolás Figal, que también había cometido el error de cerrar tarde en el del Chiqui.

El horno no estaba para bollos según la perspectiva de los más de 38 mil hinchas que coparon las tribunas de la cancha mundialista. Inmediatamente, el tradicional canto de protesta de"Movete, Xeneize, movete" estalló en el corazón de la hinchada azul y oro y sonó a grito de guerra.

Los silbidos tampoco se hicieron esperar: los recibió el propio ex-Independiente cuando demoró el saque en alguna salida y también Ignacio Miramón, al ser reemplazado a los 30 minutos por Milton Giménez, en uno de los volantazos de Pintita que no salió bien.

Cuando la ilusión había inundado al plantel de Boca tras el descuento de Edinson Cavani sobre el final de la primera mitad, todo se vino a pique con la expulsión de Luis Advíncula. El peruano se había salvado de la roja en una polémica acción que el árbitro Pablo Echavarría consideró que solo ameritaba una amarilla. Pero en el inicio del complemento, el Rayo metió una patada de tarjeta y se encaminó a las duchas, secundado -quizás por primera vez- en una nube de silbidos.

Cabe aclarar que no fue la única ocasión en la que Advíncula se hace echar en un partido definitorio para el futuro del Xeneize. Ya lo había vivido al minuto de juego de la vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana ante Cruzeiro, que Boca perdió por penales. La situación se agrava al conocer el dato de que el cuadro de la Ribera padeció siete expulsiones en sus últimos 13 encuentros por eliminación directa.

El elenco de Gago se sentía en el infierno, pero poco a poco comenzó a escalar al cielo. Estaba jugando mejor con 10 jugadores que con 11 y arrinconaba a un Vélez que no podía cerrar el partido. Por eso, los goles de Exequiel Zeballos (25') y Tomás Belmonte (40') fueron una inyección de alivio para el plantel y la gente.

Pero el inframundo lo volvió a sorprender en las últimas jugadas del encuentro, cuando todo parecía indicar que se definiría en los penales, un tópico muy cómodo para los de la Ribera. Bouzat otra vez hizo gala de la Ley del Ex y anotó dos tantos prácticamente al hilo para empatar y luego para sellar la clasificación por 4-3 en Córdoba.

De esta manera, Boca concluyó una noche "divertida" si de hinchas neutrales se habla, como dijo el presidente Juan Román Riquelme en diálogo con TyC Sports, pero que quedará para el olvido de su propio pueblo.

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