La degradación de Boca de visitante: de 82% de puntos en 2020 a 28% este año

Apenas ganó cuatro partidos en 2024. La necesidad de cambiar la historia para subir en la tabla y meterse en la zona deseada. Sarmiento, el escollo del domingo.

Esteban Vardé
TyC
Si algo bueno tuvo la era Martínez es la fortaleza que construyó en la Bombonera, obteniendo un altísimo porcentaje de puntos. De hecho, en su casa perdió apenas un partido en el año. Ese colchón es lo que mantiene vivo a Boca para ingresar a las copas. Todo lo contrario sucede si vemos que la campaña como visitante es desastrosa, tanto en Sudamericana como en el torneo local, lo que hoy lo tiene penando por no quedarse afuera de las competencias internacionales del próximo año.

Los números son elocuentes: fuera de casa, el xeneize solo cosechó el 28% de los puntos en disputa (4 triunfos, 8 empates y 11 derrotas). La cuestión a analizar es que en este 2024 se está repitiendo y se acentuó un déficit que Boca arrastra desde el año pasado. En 2023 la campaña fuera de La Boca fue similar a la actual: sólo se consiguió el 39% de los puntos (8 triunfos, 7 empates y 11 derrotas). Más allá de haber jugado la final de la Libertadores (con el descuido que eso implicó al torneo local, afrontado varias veces con suplentes), la campaña de visitante no deja de ser muy mala, al igual que esta y la resultante fue que este año, en lugar de jugar la Libertadores, el equipo tuvo que encarar la Sudamericana. Lejos quedó aquel 2020 espectacular, -un año especial por la interrupción de la cuarentena- en el que Russo había convertido a Boca en un visitante indeseable que cosechó por todas las competencias un 82% de los puntos (10 triunfos, 2 empates, una derrota). De ahí en más, todo fue para abajo.

En la búsqueda de sumar sí o sí, el cierre del presente torneo tendrá a Boca siendo visitante tres veces más (Sarmiento este domingo, Huracán y Newell’s), partidos en los que deberá intentar mejorar esta pobre producción, no tanto por mejorar la estadística -está entre las peores diez campañas de la historia del club- sino para arrimarse a la zona que le interesa en la tabla. "Yo veo el futuro repetir el pasado”, decía la Bersuit en El Tiempo No Para y es hacia donde va Boca inexorablemente si no logra pegar un volantazo violento y endereza su camino.

La salida de Diego Martínez del banco xeneize tenía como fin intentar corregir la suma de malos resultados y mal juego para mantenerse con expectativas en la Copa Argentina y meterse en la zona de Copa Libertadores en la tabla general. Dejar de perder puntos y superar a los competidores que estaban a corta distancia para ingresar a la Copa. Cuatro fechas después de la salida del Gigoló y con la llegada de Gago, Boca apenas consiguió en la semana su primera victoria y como local, pero hasta estuvo en duda no sólo su participación en la próxima Libertadores sino su permanencia en zona de Sudamericana.

Gago tiene una tarea muy difícil por delante, que es enderezar en todo sentido al equipo, mantener la efectividad como local y sumar triunfos de visitante para aspirar a la Libertadores 2025 -hoy está a cuatro puntos de esa zona-. Sería un duro golpe ver a Boca por segundo año consecutivo afuera de la máxima cita continental.

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