Gyökeres e Isak, pareja dorada
Ambos delanteros, que marcaron y se asistieron mutuamente, mostraron química para devorar a Eslovaquia y confirmar el ascenso de Suecia a la Liga B.
Pocos minutos más tarde mostró que tiene parte humana cuando Dubravka se tomó la revancha con una mano felina en otro mano a mano. John Dahl Tomasson, seleccionador sueco y otrora goleador por medio mundo (291 tantos), ha configurado una atractiva propuesta sustentada en un 1-3-4-1-2 con Kulusevski detrás de Isak y Gyokeres, aprovechando el rol ‘a lo Modric’ que le ha buscado Ange Postecoglou en el Tottenham Hotspur. Ambos mezclaron a la perfección y devastaron a Eslovaquia, que había conseguido empatar con un zurdazo a la salida de un córner de David Hancko, por quien se interesó el Atlético de Madrid este verano. Isak atraía rivales y Gyökeres dirigía la estampida. Tras finalizar un primer acto de dominio parejo, en el que Lindelöf (entró Starfelt, el central del Celta) y Vavro se marcharon lesionados, Isak inauguró un festival del que ya había ofrecido un aperitivo.
Tres minutos tardó en volver a poner en ventaja a Suecia. Gyökeres mostró que también es generoso y no solo sabe golear al asistir en el momento justo entre un bosque de piernas a Isak. El delantero del Newcastle, en el mercado de fichajes por los problemas financieros de Las Urracas, volvió a dar muestras que es un delantero atípico. No solo por el gol, en el que ajustició a Dubravka con un golpeo certero con la zurda tras un eslalon quirúrgico, si no por su dominio del choque y del partido en tres cuartos de campo. Casi como un mediapunta. Completó un partido casi perfecto. Cuatro de cinco regates completados, un rosario de disparos (hasta seis), 70 toques y un 82% de precisión en pases. Más allá de los números, las sensaciones que ofrece esta renovada Suecia son inmejorables.