El régimen de Irán arrestó a una estudiante que se quitó la ropa en señal de protesta tras ser agredida por no llevar el velo
La joven se mostró desafiante ante las autoridades en la Universidad Azad de Ciencia e Investigación de Teherán, donde la habían acosado por no cumplir con los estrictos códigos de vestimenta. Hasta el momento se desconoce su paradero
Infobae- Una estudiante iraní fue detenida tras quitarse la ropa en señal protesta por haber sido agredida por no llevar el velo.
- Tras lo sucedido, la joven fue llevada a la fuerza por agentes de seguridad del régimen.
- Medios locales aseguran que fue golpeada durante el arresto, mientras su paradero sigue siendo desconocido.
Lo esencial: una joven iraní fue arrestada después de protestar contra el acoso sufrido por no portar el velo obligatorio, desnudándose parcialmente frente a la universidad. El hecho, captado por otros estudiantes, es una muestra más del rechazo creciente al estricto código de vestimenta impuesto por las autoridades del régimen persa. Pocos minutos después, hombres de civil, supuestamente miembros de seguridad, la detuvieron por la fuerza. Hasta ahora, ninguna entidad oficial ha aclarado los detalles, mientras los medios iraníes ofrecen versiones contradictorias.
El régimen de Irán detuvo este sábado a una estudiante de la Universidad Azad de Ciencia e Investigación de Teherán por iniciar una protesta en señal de reclamo por las agresiones que sufrió por no llevar el velo reglamentario.
La secuencia comenzó cuando la joven fue acosada por miembros de la milicia Basij, que la acusaron de no cumplir con el estricto código de vestimenta impuesto por el régimen persa. En señal de reclamo por este episodio, la mujer -que no fue identificada- se quedó en ropa interior frente al establecimiento y permaneció allí sentada durante unos minutos, antes de empezar a caminar por la cuadra.
Sin embargo, pocos momentos más tarde, hombres vestidos de civil llegaron al lugar y la subieron por la fuerza a un vehículo. Según algunos medios locales, se trataría de miembros de seguridad de la universidad y de un coche extra policial.
Si bien ninguna fuente oficial se ha pronunciado aún sobre lo ocurrido, la mayoría de los medios locales han ofrecido una versión de los hechos que dista de lo expuesto en las imágenes.
El diario Hamshahri desmintió que la joven haya sido maltratada por no llevar su velo y aseguró que el personal de seguridad llamó su atención verbalmente. En esa misma línea, la agencia de noticias Fars confirmó los hechos pero apuntó que la estudiante se había presentado a clases con “ropa inapropiada” y se había “desnudado” tras ser advertida por los guardias de que debía cumplir con el código de vestimenta. También citó a “testigos” que aseguraban que el personal le había hablado “tranquilamente” y negó que fuese agresivo con ella.
Más tarde, la propia Universidad difundió un comunicado en el que también desmintió la versión difundida en las redes y sostuvo que la estudiante sufre de un “trastorno mental debido al cual comenzó a filmar a sus compañeros y a su profesor, quienes se opusieron”. “Contrariamente a los rumores y fantasías virtuales, no hubo ningún enfrentamiento entre la seguridad y esta estudiante”, sumó el mensaje, que concluyó asegurando que “después del acto indecente, la seguridad de la universidad intervino y la entregó a la comisaría” y que “se están investigando las razones de su acción”.
La ONG Amnistía Internacional manifestó su preocupación por lo ocurrido y exigió a las autoridades que la “pongan en libertad de inmediato y sin condiciones”. Asimismo, señaló que hasta que ello ocurra, es el régimen el que “debe protegerla de la tortura y otros malos tratos, y garantizarle el acceso a su familia y a un abogado”.
“Las denuncias de palizas y violencia sexual contra ella durante su detención requieren de investigaciones independientes e imparciales”, sumó la organización.
También, el destacado activista iraní Hossein Ronaghi valoró en sus redes sociales la “valentía” de la joven y consideró su accionar como “un grito desde el fondo del corazón contra la opresión que ha acabado con la vida de las personas, especialmente de las mujeres”.
Este incidente ocurrió en medio de la polémica resurgida en 2022 en lo que respecta al estricto código de vestimenta que las mujeres están obligadas a cumplir en esta sociedad. Según las normas persas, al estar en público deben llevar un pañuelo que cubra su cabeza y ropa holgada que disimule el contorno de su cuerpo.
En septiembre de 2022, una ola de protestas estalló en el país luego de que los cuerpos de seguridad asesinaran a la joven Mahsa Amini por, supuestamente, llevar mal colocado el velo. La causa derivó en un gran revuelo en Irán y en el exterior, donde miles de personas salieron a las calles durante semanas para reclamar por la libertad de las mujeres, a lo que el régimen respondió con represión y violencia, que dejaron al menos 551 muertos y miles de detenidos.
Estos episodios llevaron también a las autoridades a trabajar más que nunca por reimponer con firmeza el cumplimiento del uso del hiyab con castigos y el despliegue de la Policía de la Moral en las calles de todo el país. A la par, a finales de septiembre, el Consejo de los Guardianes aprobó un proyecto de ley sobre la castidad y el velo que endurece los castigos con hasta cinco años de cárcel por incumplir el código.
La vigilancia se efectuará en la calle pero también en Internet, ya que se criminalizan los mensajes en el ciberespacio que alienten o se burlen de la violación de estos estrictos códigos. Las redes sociales estarán obligadas a borrar este tipo de contenido en un plazo de doce horas, según una ley que plantea la utilización de cámaras y otras herramientas tecnológicas para detectar a potenciales infractores.
La medida aún debe ser promulgada por el presidente Masud Pezeshkian, que durante la campaña prometió trabajar por flexibilizar las normas, algo que aún no ha cumplido.
No obstante, muchas mujeres siguen desafiando a la República Islámica y se muestran sin el velo, ateniéndose a las consecuencias.
Semanas atrás la ONG Human Rights Watch (HRW) denunció que la inminente entrada en vigor de una reforma que establece medidas “aún más represivas” en materia de vestimenta supone un paso más en los esfuerzos del régimen de los ayatolás para “silenciar” a las mujeres y dista mucho de lo que se pidió en las calles hace ya más de dos años a raíz de la muerte de la joven Mahsa Amini.
“En lugar de responder al movimiento ‘Mujer, Vida, Libertad’ con reformas fundamentales, el Gobierno autócrata intenta silenciar a las mujeres con leyes de vestimenta aún más represivas”, ha lamentado la investigadora Nahid Naghshbandi, anticipando en un comunicado “resistencia” tanto dentro como fuera de Irán.
Preocupación internacional por el caso de la Premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi
Una de las últimas víctimas del régimen iraní es la activista de derechos humanos Narges Mohammadi, condecorada con el Premio Nobel de la Paz, cuyo caso preocupa a la comunidad internacional.
A raíz de su lucha por los derechos de la mujer, su libertad en el país y el cese de la pena de muerte, Mohammadi fue encarcelada en 2021 y, desde entonces, ha recibido siete sentencias por las que suma más de 12 años tras las rejas y 154 latigazos de castigo. A ello, además, se suma que la joven está sometida a tratos inhumanos en prisión y carece de la correcta atención médica.
A mediados de agosto, su abogado denunció que “mi clienta dice que fue golpeada y tiene moretones en el cuerpo y, a pesar de las órdenes del médico de la prisión, y considerando la condición cardíaca de mi cliente, no ha sido llevada al hospital” ni se le ha permitido recibir visitas o comunicarse con su familia en los últimos nueve meses. Todo ello, alertó, pone en riesgo su salud y su bienestar.