El apellido Pippen vuelve a resonar en la NBA

Scotty Jr., hijo de la leyenda de Chicago Bulls, ha encontrado su hueco en la Liga, en Memphis Grizzlies, tras no ser elegido en el draft de 2022.

José Ignacio Pinilla
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Hay apellidos que son NBA. Que cuando los escuchas, te transportan a un momento determinado de la historia de la Liga norteamericana. Si decimos Pippen, nuestra mente viaja a la década de los 90, a Chicago, a esos Bulls que liderados por Michael Jordan y por Pip se convirtieron en uno de los mejores equipos de la historia, quizá el mejor. Un conjunto legendario que conquistó seis anillos en ocho temporadas, de 1991 a 1998. El primero en superar la barrera de las 70 victorias en un curso (72-10, 1995-96).

20 años después de su adiós en 2004, el legado de Pippen ha encontrado su continuación en su hijo Scotty. El mayor de su relación con Larsa Younan se ha hecho un hueco en la NBA tras no ser elegido en el draft de 2020 y pasar sin pena ni gloria por Los Angeles Lakers con un contrato two-way.

Nacido en 2000 en Oregón, durante la etapa de su padre en Portland Trail Blazers, el base (24 años y 1,85 m) se formó en la Universidad de Vanderbilt antes de saltar a la Liga. Primero, a los mencionados Lakers; y esta temporada, a Memphis, con unos Grizzlies que en octubre apostaron de verdad por él con un contrato por 4 años, el cuarto opción de equipo, y 9,6 millones de dólares después del buen rendimiento mostrado durante la plaga de lesiones que sufrió el equipo el pasado curso.

Estoy muy orgulloso de él”, comenta Pippen padre, en palabras recogidas por The US Sun, sobre su hijo, que promedia esta temporada 12,1 puntos con un 43,8% de acierto desde el triple. Además, reparte 6,5 asistencias por partido en los 25,5 minutos que está sobre la cancha.

En su estreno como titular esta campaña, frente a Washington Wizards, el pequeño Scottie cosechó el primer triple-doble de su carrera con 11 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias. Su padre lo hizo en 17 ocasiones. Son el único dúo padre e hijo con al menos un triple-doble en la NBA (desde 1996-97).

El apellido Pippen es una bendición y una maldición”, asegura el base, que tiene claro que debe andar su propio camino en la selva de la Liga: “La gente dudará de mí por eso (por el apellido Pippen). Esperan que sea algo bueno, que me presione para construir mi propio legado”.

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