Bochorno del Marsella
Los de De Zerbi se estrellan contra el recién ascendido Auxerre, 1-3, y vuelven a dar una imagen paupérrima que le aleja definitivamente del PSG.
El efecto De Zerbi se ha apagado por completo, pero lo más preocupante es que este equipo, que en verano opositaba a ser un aspirante para molestar al PSG, sigue repitiendo los errores del pasado, inoperante en ataque y acarreando unas lagunas defensivas gigantescas que le impiden ser regular en el día a día.
Sinayoko, Perrin y Traoré silenciaron a un Vélodrome que clamó contra sus jugadores, incapaces de atemorizar a una de las plantillas más cortas de todo el campeonato. El Marsella sigue siendo un equipo en construcción, pero las sensaciones son más que preocupantes. Su primer tiempo contra el Auxerre fue la enésima demostración de que los de De Zerbi, a pesar de una gran inversión en verano, para aspirar a grandes cosas en Francia, no disponen de mecanismos para desarbolar bloques bajos, incluso si su rival, como este viernes, es un recién ascendido.
Los hombres de Pélissier, pletóricos después de ganar la semana pasada al Rennes y empatar una semana antes en Lyon, no cedieron ni una baldosa al Marsella, inoperante durante los primeros 45 minutos, apático con la posesión y espectador de un equipo que le sacó los colores al contragolpe. El gol de Sinayoko, en el minuto diez, fue el prefacio de un bochorno sin precedentes en el Vélodrome, que le dedicó una sonora pitada a los jugadores al descanso, síntoma de que el Marsella tiene mucho que mejorar si quiere aspirar, como máximo, al pódium de la Ligue 1.
El conjunto marsellés tuvo la posesión durante todo el primer tiempo, pero fueron pases estériles, sin profundidad y sin ninguna intención de inquietar al Auxerre. El recién ascendido, poco a poco, se percató de que podía llevarse un resultado positivo de Marsella y, gracias a un contragolpe extraordinario iniciado por Traoré, un jugador al que se le queda muy pequeño el Auxerre, Perrin puso el 0-2 al filo del descanso.
Sin tiempo prácticamente para reaccionar, con una zozobra exacerbada en el OM, Traoré, tras un pase extraordinario de Perrin, batía a Rulli e incendiaba al Vélodrome, en el que se llegaron a tirar bengalas a modo de protesta antes del descanso. El Marsella no reaccionó y el Auxerre incurrió en la imprudencia de dejarle con vida, porque los de Pélissier, pletóricos tras la salida de vestuarios, pudieron protagonizar una goleada de escándalo si Traoré no hubiera estrellado una volea a bote pronto en elposte y si Traoré no hubiera fallado en el área pequeña un disparo que era prácticamente gol.
De Zerbi introdujo un carrusel de cambios, dando entrada a Wahi, Koné y Ulisses García y, aunque hubo un conato de reacción, la realidad de este equipo está a años luz de otorgarle la etiqueta de candidato al título. En una mano muy rigurosa de Akpa, Greenwood, desaparecido durante todo el partido, redujo distancias. Pero ya era demasiado tarde y el Auxerre se llevó el triunfo del Vélodrome.