Boca: goleada ante Godoy Cruz, primer triunfo de Gago y más cerca de la Copa
Boca: goleada ante Godoy Cruz, primer triunfo de Gago y más cerca de la Copa
Pablo Ramon, OléLa buena noticia, la obvia, es el triunfo en sí mismo, es el cambio de ánimo, de ambiente, también de energía. Es salir de la seguidilla de derrotas vergonzantes y empates deslucidos, es por fin ver a Boca salir del grupo del fondo de la tabla y es, por encima de todo, haber evitado una pueblada en La Bombonera que se llevara puesta no ya sólo a los jugadores, sino también a la dirigencia y al ciclo de Gago, que poco -o menos- tenía que ver en la debacle. En lugar de eso, el triunfo vino de la mano de una actuación convincente -categoría goleada- y de un público que terminó allá arriba, reconciliado (y emocionado) con el mismo equipo al que había deshauciado 10 días atrás.
La otra buena noticia, la que subyace después del cambio de contexto evidente, es las muy buenas señales futbolísticas que empezaron a notarse en el Boca del nuevo entrenador, que aparecieron por oleadas, mechadas por momentos de incertidumbre, de desconexión entre líneas, de desacoples individuales que se dieron sobre todo al comienzo. Totalmente lógico que en esta etapa convivan los dos modelos, el anterior que fracasó estrepitosamente y el que, en medio de la tormenta, Gago intenta implementar, hasta aquí con un contexto muy negativo por la falta de confianza general del plantel y por la incertidumbre de un clima de tensión permanente por un 2024 para el olvido.
En cambio, ante Godoy Cruz se vio un Boca cambiado desde la intensidad y la voracidad, que dejó atrás esa postura pasiva de quien mira todo como desde afuera, que se comprometió con la búsqueda constante del arco de enfrente a través de asociaciones, triangulaciones y llegadas al arco rival de laterales y mediocampistas. Tuvo conducción desde Rojo, desbodes en Saracchi, combinacón de los internos (Pol y un muy cambiado para bien Miramón) con los otros puntas (Aguirre y Zeballos) y que además encontró la contundencia que no tuvo en los anteriores partidos. Sí, por momentos la espalda de Barinaga fue un colador; sí, en ocasiones Godoy Cruz impuso el manejo del balón y desbordó la línea de volantes. Pero el entusiasmo, la energía que el equipo tuvo superó cualquier dificultad. Boca entendió que había que salir del mal momento, y que había que salir con el plan de Gago. El ciclo de Pintita, finalmente, comenzó esta noche con una valiosísima primera victoria.
Y eso que al minuto Boca iba perdiendo, después de un desborde de Andino por izquierda, un zapatazo de Salomón Rodríguez que devolvió el caño y la tremenda definicón de Nicolás Fernández que le rompió el arco a Brey. Aquí, una medalla para la gente, que en lugar de pudrirla y cantar en contra de los jugadores, sacó al equipo del panic attack a puro aliento. Después de un impaciente "movete Boca movete", la Bombonera sacó la play list de las canciones que sabemos todos y así Boca pudo empatar rápido en un centro de Saracchi que rebotó en un Cavani rodeado por tres, hasta que apareció Aguirre para definir.
Ahí empezó otro partido. Con un Boca más repuesto, la tranquilidad general jugó a favor. La construcción del segundo gol es hija de una jugada de entrenamiento, que por fin vio la luz en un partido. Andino se apuró para salir, Pol cortó y a partir de ahí se armó una jugada a tres bandas entre Barinaga, Zeballos y Miramón. Lateral, punta y mediocampista puestos a tocar en el área rival. La combinación puso a Miramón a correr, el ex Gimnasia metió un lindo centro envenenado que Barrios no pudo sacar, una papita para Cavani que leyó toda la jugada y anotó el segundo.
Después, sí, el rival hizo lo suyo. Si hubo mala praxis relativa en los dos primeros goles, en el tercero ya fue regalo entre Arce y Petroli: Anselmino tiró un pase largo para Saracchi, y ni el defensor ni el arquero de Godoy Cruz le pusieron intensidad a la jugada, se durmieron y aprovechó el lateral uruguayo para anotar el tercero. Y si es cierto que estos errores le dieron otro volumen al triunfo de Boca, no le quita peso a la actuación del equipo de Gago, que se recompuso de una derrota inicial y con argumentos encarriló el partido y lo ganó bien, ante un equipo serio que venía con un invicto de seis partidos. El resto es paisaje.
En adelante, Boca aflojó un ratito el pie, y durante algunos pasajes apareció el viejo Boca. Godoy Cruz no descontó porque Salomón Rodríguez estaba medio paso adelantado y porque el travesaño le dijo que no a Fernández y Brey salvó ante Abrego. El final del partido le quedó un poco largo al Xeneize, pero se entiende dadas las circunstancias, aunque cuando se enchufaba seguía llegando a fondo, con Saracchi lanzado cada vez que podía, con mediocampistas desafiando la prudencia para ir a buscar más goles. Reaccionó bien Gago al refrescar el ataque (Merentiel y Giménez adentro) y ahí encontró una segunda oleada de ataques. Milton estrelló un tiro en el palo y la Bestia asistió a Zeballos para que el Changuito volviera al gol un año y medio después. Fue, en definitiva, el cierre perfecto para una noche de refundación, que habrá que ratificar con muchos partidos así de aquí al futuro