Un hat-trick del killer inglés da una victoria más a un Bayern que comienza a alejarse de sus rivales en la Bundesliga.
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El Bayern de Múnich abrió la undécima jornada de la Bundesliga con una victoria más
que le sirve al equipo dirigido por Vincent Kompany para ampliar a un
total de ocho la diferencia de puntos con respecto al Leipzig en segunda
posición de la tabla, a la espera de lo que haga el conjunto
patrocinado por el gigante de las bebidas energéticas el sábado ante el
Hoffenheim. Se impusieron los muniqueses por 3-0 en el derbi bávaro gracias a otro hat-trick más de Harry Kane
(ya lleva catorce dianas en Bundesliga), tomando impulso para unas
semanas que le exigirán al máximo tanto en la Bundesliga (Dortmund) como
en la Pokal (Leverkusen) y en la Champions (PSG). Partidazos a la
vista.
El guion del choque en el Allianz Arena fue el esperado. No tardaron los bávaros en hacerse con el control del esférico y embotellaron a un Augsburgo que, eso sí, se mantuvo de lo más sólido atrás.
No paraban los de Kompany de generar superioridades numéricas en campo
rival y, por ende, ocasiones, pero una y otra vez se toparon con los
reflejos de un estratosférico Labrovic bajo palos. Lo detuvo todo el guardameta del Augsburgo, siendo él el principal culpable de que ambos conjuntos se marcharan con tablas en el marcador del feudo muniqués a vestuarios. Mandaba el Bayern, pero no lograba reflejar su superioridad en el luminoso, como tantas veces le ocurrió en el pasado ante el Augsburgo.
Se le suele atragantar
el cuadro suabo al hexacampeón de Europa, pero también cuenta en sus
filas con un crack capaz de desatascar este tipo de partidos. Tiene nombre y apellido: Harry Kane.
El colegiado no dudó en decretar pena máxima tras una mano de Pedersen y
el inglés se encargó de poner por delante a los suyos con un disparo
preciso que impactó en la escuadra derecha del marco del Augsburgo. El cuadro local siguió a lo suyo y, después de seguir asediando a lon de Thorup, el
árbitro volvió a señalar al punto de penalti después de que el VAR le
avisara de una patada de Schlotterbeck sobre Kane que le costó la
expulsión al alemán. Kane volvió a tomar la responsabilidad y, como
suele ser habitual, no perdonó, esta vez colocando el cuero en el ángulo
inferior izquierdo de la portería. Pero la cosa no quedó ahí: como si
no tuviera suficiente ya, el máximo goleador de la selección inglesa
terminó controlando un centro de Goretzka para cerrar el hat-trick de cabeza. Killer.