Rusia vive “tiempos más alarmantes” ahora que durante los años de la URSS: se ha “normalizado la tortura”

La relatora de la ONU para los derechos humanos en el país, Mariana Katzarova, dijo que “los disidentes soviéticos recibían hasta siete años de prisión, ahora el encarcelamiento de los críticos va hasta 25 años de prisión”

La relatora destacó que el país ha vuelto a “la psiquiatría punitiva, especialmente dirigida contra manifestantes antiguerra y críticos del gobierno”, un método que recuerda precisamente a los tiempos de la Unión Soviética.

Según Katzarova, el país ha “normalizado la tortura” especialmente después de los atentados terroristas del pasado marzo en Moscú, reivindicados por el Estado Islámico, pero utilizados por la sociedad rusa para criminalizar a los inmigrantes oriundos de Tayikistán.

Desde entonces, las autoridades rusas han “redoblado las redadas policiales, las detenciones, los malos tratos, las extorsiones, el acoso y las deportaciones de migrantes, especialmente de tayikos y de otros grupos procedentes de Asia Central”, indica el informe.

FOTO DE ARCHIVO. Un agente de la ley hace guardia durante la manifestación de la comunidad LGBT "X St.Petersburg Pride" en el centro de San Petersburgo (REUTERS/Anton Vaganov)
FOTO DE ARCHIVO. Un agente de la ley hace guardia durante la manifestación de la comunidad LGBT "X St.Petersburg Pride" en el centro de San Petersburgo (REUTERS/Anton Vaganov)

Entre las torturas que se aplican a la población migrante, a la que también se recluta forzosamente para luchar en la guerra de Ucrania, se incluyen el uso de descargas eléctricas y fuertes palizas. Además, en la cárcel están normalmente hacinados en celdas “y con una higiene rudimentaria”.

En el caso de la población LGTBI, Katzarova indicó que se le somete a acudir a terapias de conversión en las que se aplican descargas eléctricas y palizas con tubos y porras y en las que sufren violaciones y otros actos de violencia sexual.

Algunas de las personas LGTBI entrevistadas por la relatora destacan además que durante su estancia en los centros de detención eran obligadas a golpear o administrar descargas eléctricas a otros presos, y si eran liberadas, las autoridades aconsejaban a sus familias que las mataran para “limpiar su nombre”.

Por su parte, los prisioneros ucranianos sufren malos tratos a manos de los guardias, que los golpean con barras metálicas y les aplican descargas eléctricas incluso en los genitales, según el estudio, titulado ‘La tortura en la Federación Rusa: Una herramienta para la represión en el interior y la agresión en el exterior’.

La guerra en Ucrania, subrayó la relatora, ha supuesto una expansión de la tortura “como herramienta de represión en el país y de agresión en el extranjero”.

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