NIZA 1 -1 PSG / Otro pinchazo del PSG
Los parisinos empatan a uno contra el Niza, después de la derrota contra el Arsenal, y pierden el liderato de la Ligue 1 en favor del Mónaco.
Como en Londres, el martes, y como viene siendo una constante, al PSG le costó desbaratar a un equipo que se replegó con uñas y dientes. Eso sí, el Niza, atrevido, salió a intentar encoger el corazón de su rival, ejerciendo una presión asfixiante y gozando de varias llegadas de peligro en los compases iniciales.
Dembélé, indultado, no fue el mejor aliado de Luis Enrique, ya que al exjugador del Barcelona, jugando por dentro, le costó generar peligro. De una pérdida suya, de hecho, llegó la primera llegada de peligro, en un contragolpe de Guessand que no terminó de materializar. El delantero, en una jugada idéntica, volvió a desatinar al contragolpe minutos después. Donnarumma, criticado, escupió, con una parada brillante, un remate de Ali-Cho de cabeza. El PSG respiraba.
Justo cuando mejor estaba el campeón de la Ligue 1, cuando más sufría el Niza, cuando los de Haise se sentían ahogados, después de una oportunidad de Barcola que sacó en la línea de gol Youssouf, apareció el gol local. En una segunda jugada de un córner, Ali Abdi, en la frontal del área, batió a Donnarumma, al que el toque previo de Nuno Mendes le desconcertó completamente. No se le puede achacar, esta vez, la responsabilidad del gol, pero la sensación es que se batió muy pronto por el remate previo. El gol, en el mejor momento del PSG, fue un jarro de agua fría para Luis Enrique.
Luis Enrique no esperó. Una de sus principales virtudes es la de leer los partidos, en Niza no fue excepción. Tras el descanso, el asturiano metió a Kang-in Lee y el PSG pasó a jugar sin referencia, desconcertando completamente a un Niza al que las piernas ya no le respondían como en el inicio de partido. Fue, como en el 1-0, un remate de un lateral izquierdo, Nuno Mendes, el que puso las tablas en el marcador. El portugués, con la derecha, sorprendió a Bulka, que no esperaba un disparo tan ajustado al palo corto.
El empate liberó al PSG, mucho más ordenado y coherente con sus ataques. El Niza, a duras penas, salía al contragolpe, pero defendía tan lejos del área de Donnarumma que sus delanteros llegaban ahogados. Bulka se vistió de héroe, repeliendo todas las llegadas de los parisinos, que pierden el liderato en favor del Mónaco después de firmar su segundo empate consecutivo fuera de casa en la liga francesa.