Modric y Camavinga dan otro aire
La dupla aparece como aire en un Madrid necesitado de fuelle en la medular. El francés ha vuelto “como una moto” y el croata ha enlazado tres partidos a gran forma.
Para el de Reggiolo, Modric “fue el mejor del derbi”. Por sensaciones y por estadísticas: pleno al 58 en pases y líder tanto en ocasiones creadas (tres) como en centros intentados (seis). Salió reforzado donde un año antes había sido señalado. Contra el Lille, a pesar de haber saltado al campo en el 57′, un bis. Erró cuatro pases, acertó 33 (89,2% de acierto), 14 de ellos en el último tercio y generó tres ocasiones de gol, más que nadie en ambos respectos a pesar de haber aparecido cerca de los postres. Y frente al Villarreal, ídem: líder en intervenciones (101), pases en el último tercio (30), en ocasiones creadas (tres), en centros (tres) y segundo en pases completados (75, 88% de acierto). Un Modric in crescendo, en un buen tono físico que entierra las conversaciones de la edad, en un Madrid necesitado.
“Como una moto”
Y el contrapunto lo aporta Camavinga. Su grito en la víspera de la Supercopa de Europa retumbó en Varsovia, pero ha vuelto como se fue. “Está como una moto, es una bestia”, señalan fuentes próximas al jugador. Han sido apenas dos partidos, Lille y Villarreal. Muestra suficiente para aliviar a Ancelotti. En el cuerpo técnico quedaron encantados con su regreso en Francia, más allá del desafortunado penalti cometido. Lo principal era medir el nivel físico superó las expectativas. En el Pierre Mauroy firmó un 92% de acierto en pase, ganó más duelos aéreos que nadie (tres), recuperó siete balones (sólo le superó Carvajal, con ocho) y completó dos entradas. Vertical y, lejos de mostrarse timorato, no rehuyó el contacto. Ante el Villarreal repitió: líder en recuperaciones (seis) y entradas exitosas (tres). Con la dupla, Ancelotti gana en creatividad, explosividad y agresividad en los duelos. Un cóctel de oro para un Madrid todavía en construcción. Talento y músculo al servicio de Carletto.
Un parón antónimo
Para el uno, una especie de pretemporada; para el otro, el pan de cada día. Esa es la radiografía del parón de Camavinga y Modric. En el caso del francés, llamado a filas para disputar los partidos ante Israel (jueves 10, 20:45) y Bélgica (lunes 14, 20:45), sumar minutos es importante. La lesión de Varsovia trastabilló su preparación del curso. A pesar de haber conseguido enterrar su esguince de rodilla en el baúl antes de lo esperado y haber demostrado que su condición es óptima, el rodaje es positivo. Además de necesitar convencer a Deschamps tanto como lo ha hecho con Ancelotti, pues con Les Bleus no ha conseguido, aún, romper el cascarón de la importancia.
Un caso totalmente antónimo para Modric. Santo y seña de Croacia, para Luka siempre es reconstituyente ponerse la ajedrezada. Escocia (sábado 12, 18:00) y Polonia (martes 15, 20:45) serán los rivales de los de Dalic y el 10 tendrá, como siempre, un papel fundamenta. Aunque desde el Madrid, más ahora que su rol ha crecido en importancia por rendimiento y contexto, esperan que el seleccionador regule los esfuerzos de su capitán. Sea como fuere, el contador, y ya va por 180 internacionalidades, no para.