Los BRICS, una buena idea desvirtuada por la ambición política
La idea detrás del agrupamiento de estas naciones era resaltar su vocación de futuro y potenciarlas como destino de inversión
Beatrice Rangel, Infobae
En efecto, para aquilatar la dimensión del disparate de considerar el ingreso de Venezuela habría que recordar que los BRICS son una creación de un banco de inversión norteamericano, concretamente Goldman Sachs, cuyo analistas observaron que el comportamiento de un conjunto de economías emergentes pareciese haber dejado atrás el subdesarrollo para arribar al crecimiento sustentable, que posteriormente se traduciría en desarrollo pleno. Esos países eran y son Brasil, Rusia, India y China. Posteriormente se unió Sudáfrica. Si se juntan las letras iníciales se llega a la palabra BRICS. La idea detrás del agrupamiento de estas naciones era resaltar su vocación de futuro y potenciarlas como destino de inversión para continuar favoreciendo el crecimiento de las tasas de desarrollo individuales y mediante el incremento del comercio entre estas naciones y el resto del mundo favorecer el desarrollo. Cada una de las naciones BRICS ostentaba para las postrimerías del siglo pasado tasas de crecimiento exuberantes y reducciones en los niveles de pobreza. Los capitales internacionales fluían hacia esos destinos porque, además de presentar ventajas comparativas con relación al resto de las naciones en desarrollo, todas habían abrazado el credo de la desregulación, la apertura de mercados y el fortalecimiento de los servicios de educación y salud.
En síntesis eran naciones que navegaban con éxito la globalización. Y que, gracias a la globalización, disfrutaban de un viento de cola que las proyectaba hacia mejores destinos económicos. Pero a comienzos de este siglo, los BRICS dejaron de ser una clasificación bancaria para convertirse en una organización burocrática con definiciones políticas. En 2006, bajo el liderazgo de Rusia, Brasil, India y China decidieron crear una asociación para desafiar el poder de las naciones desarrolladas y fomentar el surgimiento de un nuevo foco de poder mundial. Una vez tomada esta decisión procedieron los fundadores a considerar la sustitución del dólar americano por otras monedas en el comercio internacional; a establecer medidas proteccionistas encubiertas; y a desarrollar tendencias autoritarias en la conducta del gobierno. Además, invitaron a sumarse a la causa a naciones que carecen de senderos claros de desarrollo como Egipto y Etiopía. También invitaron a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes, países que titubean entre sumarse o no.