Los 10 hábitos saludables para evitar el uso excesivo del celular
Este aparato se convirtió en una parte esencial de la vida moderna, pero su abuso puede llevar a una adicción silenciosa que afecta tanto la salud mental como física. Cuáles son los síntomas de esta dependencia y cómo evitarla
Infobae
Adicción al celular: cómo reconocerla y evitarla
- La Nomofobia genera ansiedad, malestar físico y dependencia psicológica del celular.
- El uso excesivo afecta la salud mental y física, especialmente en jóvenes .
- Expertos sugieren hábitos saludables para reducir la dependencia de los dispositivos.
Lo esencial: en una era dominada por la tecnología, el celular se ha convertido en un elemento imprescindible. No obstante, el uso excesivo de estos dispositivos ha desencadenado una dependencia que expertos denominan adicción al celular o Nomofobia. Esta adicción, caracterizada por síntomas como ansiedad y taquicardias al dejar el teléfono, impacta no solo la salud mental sino también el bienestar físico. Entre los principales afectados están los adolescentes, quienes son más vulnerables a trastornos del sueño, ansiedad y depresión.
Según especialistas, reducir el uso excesivo del celular se puede lograr mediante sencillos cambios de hábito que promueven un uso más consciente y equilibrado.
Por qué importa: la dependencia al celular representa un problema creciente en la sociedad actual, y su impacto en la salud mental y física puede tener consecuencias a largo plazo, especialmente en los jóvenes.
- Trastornos de ansiedad y salud mental relacionados con el uso excesivo.
- El impacto en la calidad de vida y el rendimiento académico de los adolescentes.
- Importancia de desarrollar estrategias de autocontrol para un uso equilibrado de la tecnología.
¿Cuándo se considera que hay una adicción al celular?
Consultado por Infobae, el doctor en Psicología y docente Flavio Calvo (MN 66.869) señaló que “se habla de adicción al celular cuando el uso del dispositivo se vuelve compulsivo y excesivo, limitando de manera negativa en diferentes áreas de la vida como el trabajo, relaciones personales y bienestar emocional”.
Para él, “la adicción al celular es un problema cada vez mayor por la fácil disponibilidad y accesibilidad a los aparatos y porque las redes sociales y las aplicaciones están programadas con recursos psicológicos que buscan captar constantemente la atención de quienes los usan”.
Si una persona presenta varios de estos síntomas y se siente ansiosa al imaginarse sin el celular, es probable que padezca de nomofobia, una forma de adicción al celular.
Qué dice la OMS sobre la adicción al celular
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no reconoce oficialmente la adicción al celular como un trastorno separado, pero emitió advertencias sobre el impacto del uso excesivo de dispositivos electrónicos en la salud mental y física.
La OMS incluyó el trastorno de los videojuegos dentro de su clasificación internacional de enfermedades, lo que demuestra una creciente preocupación por las adicciones tecnológicas.
De manera similar, el uso descontrolado del celular comparte muchos de los patrones conductuales que caracterizan a las adicciones reconocidas, como la dependencia psicológica, la necesidad de gratificación instantánea y la falta de control sobre el tiempo que se pasa usando el dispositivo.
¿Qué enfermedades o trastornos puede provocar el uso excesivo del celular?
El abuso del celular y las redes sociales puede tener graves consecuencias sobre la salud. La licenciada Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudio Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA), explicó en una nota previa con Infobae que este tipo de adicciones se relaciona con trastornos de ansiedad generalizada y fobia social, ya que las personas sienten la necesidad de estar conectadas todo el tiempo por temor a quedar excluidas o desconectadas.
El doctor Vivek Murthy, director general de Sanidad de Estados Unidos, advirtió sobre los efectos nocivos del uso excesivo del celular, especialmente en niños y adolescentes. Murthy pidió una “acción inmediata” para proteger la salud mental de los jóvenes, argumentando que las redes sociales y la dependencia del celular son un riesgo para su bienestar emocional.
Además de los trastornos mentales, el uso excesivo del celular puede provocar problemas físicos como dolor de espalda, contracturas, fatiga visual y trastornos del sueño, según diversos estudios.
Qué sucede en el cerebro cuando somos adictos al uso del celular
El uso excesivo del celular activa el sistema de recompensas del cerebro, liberando dopamina, un neurotransmisor que genera una sensación de placer. Las aplicaciones móviles y las redes sociales están diseñadas para generar estos estímulos de manera continua.
Según un estudio del Responsible Gambling Council, esta activación constante del sistema de recompensas crea una dependencia similar a la observada en los juegos de azar. La anticipación de recibir “me gusta” o notificaciones en redes sociales es comparable a las mecánicas adictivas de las máquinas tragamonedas.
De esta manera, el cerebro se acostumbra a recibir estímulos positivos rápidos, lo que incrementa el uso compulsivo del celular y dificulta el autocontrol. Este ciclo de gratificación instantánea afecta la capacidad de las personas para enfocarse en actividades que no proporcionan recompensas inmediatas, un fenómeno conocido como la “mente de mono”, descrito por la doctora María Teresa Calabrese, de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
Cómo afecta el uso del celular a los adolescentes
Los adolescentes son particularmente vulnerables al uso excesivo del celular. Según el médico pediatra Fernando Burgos (MN 81.759), miembro de la Subcomisión de Medios y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), el fenómeno del vamping —la costumbre de quedarse despierto hasta tarde usando el celular— es muy común entre los jóvenes y afecta negativamente su salud física y mental.
Este hábito está asociado con problemas de sueño, falta de atención en la escuela, y cansancio, además de afectar la calidad de vida familiar.
Además, el uso compulsivo del celular y las redes sociales entre los adolescentes está relacionado con un aumento en los niveles de ansiedad y depresión, como lo señala un estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health. Las redes sociales fomentan una constante comparación entre los adolescentes y sus pares, lo que agrava la baja autoestima y el sentimiento de soledad.
10 hábitos saludables para evitar el uso excesivo del celular
Para reducir el uso excesivo del celular, los expertos recomiendan implementar los siguientes hábitos saludables:
- Activar el modo avión o No molestar para evitar interrupciones constantes.
- Desactivar notificaciones de aplicaciones que no son esenciales, como redes sociales.
- Dejar el celular fuera de la vista durante tareas importantes o momentos sociales.
- No usar el celular durante las comidas para fomentar interacciones cara a cara.
- Silenciar grupos de WhatsApp o aplicaciones que generen distracciones innecesarias.
- Limitar el tiempo en redes sociales, estableciendo períodos específicos para su uso.
- Evitar llevar el celular al dormitorio, especialmente durante la noche.
- Eliminar aplicaciones inútiles que solo consumen tiempo.
- Fomentar actividades sin tecnología, como la lectura o el ejercicio físico.
- Practicar el autocontrol, reconociendo cuándo el uso del celular se convierte en un problema.
Implementar estos cambios puede ayudar a reducir la dependencia del celular y fomentar un uso más consciente y equilibrado de la tecnología.
- ¿Es posible tener un vínculo saludable con el celular en estos tiempos?
- Calvo: Sí, se puede tener un vínculo saludable con el celular, igual para tenerlo se necesita ser consciente de que uno quiere tenerlo y autoliderarse para lograrlo. Hay estrategias que pueden ayudarte a hacerlo.
Establecer límites de tiempo para el uso del celular, como fijar horarios específicos para revisar mensajes o redes sociales, no está de más poner cronometro y alarmar para limitar el tiempo.
Desactivar las notificaciones, porque te distraen y están planeadas para fomentar el uso compulsivo.
Tener momentos de desconexión intencional, como no usar el teléfono durante las comidas, en reuniones o antes de dormir.
Practicar la “higiene digital”, o sea, tener cuidado de los contenidos que se consumen y estar seguros de que el tiempo en el teléfono se use en actividades que te aporten valor personal o profesional.