La caída histórica de la natalidad en Europa y EEUU crea “desiertos de bebés” y plantea riesgos económicos
Los gobiernos se ven obligados a implementar políticas pronatalistas innovadoras. Aunque se han destinado recursos hacia incentivos económicos y prestaciones sociales, surgen cuestionamientos sobre su efectividad a largo plazo
- La baja natalidad en Europa y EEUU impulsa políticas pronatalistas, aún sin resultados efectivos.
- Países como Reino Unido, con tasas de 1,44 hijos por mujer, enfrentan una crisis demográfica.
- Políticas como incentivos económicos y apoyo a la maternidad han mostrado impacto limitado.
Lo esencial: la disminución de la natalidad en Europa y Estados Unidos ha generado “desiertos de bebés” en varias regiones, poniendo en alerta a gobiernos por el riesgo de una crisis económica futura. Con tasas de fertilidad históricamente bajas, países como Reino Unido y Francia destinan recursos a políticas pronatalistas, pero el éxito de estos programas ha sido modesto. Los factores detrás de esta tendencia incluyen altos costos de vida, el rol laboral de la mujer y problemas de salud masculina, como señala un informe de la OCDE. Aunque la inmigración podría cubrir estas carencias, se teme que la baja natalidad se vuelva global y reduzca esta opción.
Por qué importa: el fenómenos transforma la estructura demográfica, reduciendo la población activa y aumentando el envejecimiento. Esto amenaza con sobrecargar los sistemas de pensiones, salud, y podría alimentar la inflación en una economía global que depende del equilibrio generacional.
“Desiertos de bebés”
La caída de las tasas de natalidad en muchos países ha encendió alarmas en sectores políticos y económicos, ya que el envejecimiento de la población y la falta de nacimientos plantean serios retos a largo plazo. A medida que cada vez menos niños nacen y algunas áreas se convierten en “desiertos de bebés”, es decir, regiones donde casi nadie tiene hijos, los gobiernos se enfrentan a una crisis demográfica que amenaza con desestabilizar sus economías y alterar su estructura social.
El Reino Unido es uno de los países que enfrenta este fenómeno, con una tasa de fertilidad en Inglaterra y Gales de solo 1,44 hijos por mujer en 2023, el nivel más bajo jamás registrado, según la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS). Zonas específicas de Inglaterra, como Londres, han registrado tasas mínimas de fertilidad, con un promedio de apenas 0,55 hijos por mujer, lo que convierte a la región en un “desierto de bebés”. Cambridge y Brighton le siguen con tasas de 0.91 y 0.98 respectivamente. Estas cifras contrastan con Luton, en Bedfordshire, que registró la mayor tasa de fertilidad en el Reino Unido con 2.01, apenas por debajo del nivel de reemplazo.
A nivel europeo, la tendencia también es crítica. En 2022, el número de nacimientos en la Unión Europea cayó a 3,88 millones, el nivel más bajo desde 1960, según datos de Eurostat. Países mediterráneos como España e Italia experimentó caídas importantes, con tasas de 1,16 y 1,24 respectivamente, mientras que Francia, con 1,79, mantiene una de las tasas más altas en Europa, aunque sigue por debajo del nivel de reemplazo.
En otras regiones, como Estados Unidos, la natalidad también está en declive, cayendo casi un 23 % desde 2007. La tasa de fertilidad promedio se sitúa en 1,6 hijos por mujer, por debajo de los tres hijos que eran comunes en 1950. Según la Oficina de Censos de los Estados Unidos, este descenso se ha visto agravado tras la Gran Recesión de 2008 y no ha mostrado signos de recuperación sostenible.
Factores que impulsan la caída de la fertilidad
La caída de la natalidad está vinculada a diversos factores económicos y sociales. La profesora Melinda Mills, de la Universidad de Oxford, explicó al Daily Mail que el aplazamiento de la maternidad debido a la incorporación de las mujeres al mercado laboral y la búsqueda de estabilidad económica son factores determinantes. Los altos costos de vida, especialmente de la vivienda y el cuidado infantil, también desincentivan la idea de formar una familia numerosa.
La situación es similar en Taiwán, donde el gobierno destinó más de 3.000 millones de dólares a incentivos como permisos parentales remunerados y beneficios en efectivo. Sin embargo, el impacto ha sido limitado. Incluso con estas medidas, muchos jóvenes optan por no tener hijos o posponer la paternidad debido a la incertidumbre económica y la falta de seguridad laboral, según el informe de Vox.
Además, la salud de la población masculina juega un rol importante en esta crisis de natalidad. Factores como el aumento de la obesidad y otros problemas de salud están afectando la fertilidad masculina. El profesor Bassel Wattar de la Universidad Anglia Ruskin en Reino Unido señala en una entrevista a Daily Mail que la obesidad y otros factores de salud entre los hombres están contribuyendo a la baja fertilidad en el país.
Impactos económicos y sociales de una población envejecida
La disminución en las tasas de natalidad plantea desafíos profundos para la economía. Según contó a Daily Mail, Jonathan Portes, profesor de economía en el King’s College London, la reducción en el número de nacimientos alivia a corto plazo los gastos en educación y beneficios para jóvenes, pero en el largo plazo crea una carga enorme. Esto es especialmente relevante en un contexto donde la proporción de personas en edad de trabajar está disminuyendo, mientras que la población de la tercera edad crece rápidamente.
El informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) subraya que la falta de nacimientos está alterando el equilibrio económico en los países desarrollados. La baja natalidad reduce el tamaño de la fuerza laboral, lo que incrementa la posibilidad de una escasez de mano de obra, potenciando el riesgo de inflación y aumentando la presión sobre los sistemas de pensiones y de salud. La OCDE también advierte que, a pesar de que la inmigración ha sido una solución temporal para cubrir estas carencias, la caída en la natalidad es un fenómeno global, lo que limitará esta opción en el futuro.
Políticas gubernamentales y estrategias pronatalistas
Para abordar este problema, algunos gobiernos han implementado políticas pronatalistas. Daily Mail cuenta que Francia, por ejemplo, ha introducido un examen de fertilidad gratuito para jóvenes de entre 18 y 25 años, parte de lo que el presidente Emmanuel Macron llama “rearme demográfico”. Hungría, en un enfoque diferente, ha ofrecido préstamos perdonables para familias con al menos tres hijos, una medida que ha sido elogiada por algunos sectores y criticada por otros como insuficiente para cambiar las tendencias de fertilidad en el largo plazo.
Según detalla CNN, China, luego de décadas de una estricta política de un solo hijo, ahora se enfrenta a una caída poblacional. Actualmente, el gobierno cambió drásticamente su postura, incentivando a las parejas a tener más hijos, aunque las políticas fueron ineficaces en revertir el descenso. En Rusia, las mujeres que tienen más de un hijo pueden recibir un pago único de aproximadamente 7.000 dólares. Sin embargo, según un análisis de Euronews, estos incentivos económicos tuvieron un impacto limitado y no han logrado cambios en la tasa de natalidad.
El futuro de una sociedad con baja natalidad: opciones alternativas
Algunos expertos sugieren que, más que intentar aumentar la tasa de natalidad, los gobiernos deberían enfocarse en crear condiciones que permitan a las personas formar familias de acuerdo a sus deseos. Regina Davis Moss, presidenta de In Our Own Voice, en EE.UU, enfatiza en una entrevista con Vox, la importancia de crear políticas equitativas que ofrezcan apoyo a los padres, como mejores accesos a servicios de salud materna y cuidado infantil asequible.