INTER 4 - JUVENTUS 4 / ¡Superclásico de locura!
Inter y Juventus empataron a cuatro en uno de los derbis de Italia más divertidos de todos los tiempos. Yildiz salvó a los bianconeri con un doblete en el tramo final.
Inzaghi alineó el mejor once a su disposición en este momento (con Zielinski en lugar del lesionado Calhanoglu dirigiendo las operaciones de la medular), Thiago Motta optó por Weah, Fagioli y un Conceiçao en crecimiento constante detrás de Vlahovic.
El encuentro tardó un cuarto de hora en declarar la intención de hacerse inolvidable. En el 14′, Danilo golpeó en el área a Thuram y fue un penalti claro del que se encargó Zielinski, que abrió el marcador disparando centralmente. El tanto despertó la mejor versión de la Vecchia Signora, que dio la vuelta a la tortilla con dos grandes jugadas. En el 20′, un pase largo de Cabal sorprendió a la zaga local y encontró en el área a McKennie, autor de la asistencia para Vlahovic, que empujó el esférico entre palos sin apuros. En el 26′, la remontada se completó gracias a un jugadón de Conceiçao, que se deshizo de Mkhitaryan en la derecha y centró en busca de Weah, autor del 1-2.
Allí llegó otro repentino cambio de guion del partido, y no será el último: antes del descanso, el Inter tuvo la fuerza de darle otra vuelta al marcador. En el 34′, Mkhitaryan combinó en la frontal con Thuram, se acercó al área y con un zurdazo perfecto puso las tablas. Dos minutos después, otra torpe falta en el área bianconera, esta vez de Kalulu a Dumfries, propició un penalti que Zielinski, en este caso, lanzó con precisión a la derecha de Di Gregorio.
Con el 3-2 en el marcador, hubo la sensación de que el Inter estaba reafirmando su superioridad, evidente en los últimos cursos. En el arranque de la reanudación, de hecho, los de Inzaghi rozaron el 4-2 con Dimarco y lo lograron en el 53′ con un zurdazo cruzado de Dumfries, que apareció tras un córner.
Quedaba más de media hora, y en ese tramo de partido brillaron dos bianconeri: Michele Di Gregorio y Kenan Yildiz. El portero dejó a los suyos con vida con dos grandes intervenciones ante Dimarco y Barella, el turco saltó al campo sustituyendo a Weah y manifestó una vez más su aire de predestinado. En el 71′, recortó distancias con una gran carrera que terminó encarándose con Dumfries y fulminando a Sommer con un disparo imparable.
El 4-4 llegó en el 82′, cuando el extremo recibió en el área un centro de Conceiçao, lo controló con la zurda y puso definitivamente las tablas. En los últimos 10 minutos no le quedaban energías a los 22 para otros vaivenes, el marcador no se volvió a mover y, al final, en San Siro no celebró nadie. Si lo hicieron, en cambio, los hinchas del Nápoles, cuyo equipo ahora marcha con cuatro puntos de ventaja sobre el Inter y cinco sobre la Juve, y los espectadores neutrales, que disfrutaron de uno de los partidos más divertidos en la historia de la Serie A.