“Guerra”: el nuevo libro de Bob Woodward revela tensas conversaciones de Biden, Netanyahu, Trump y Kamala Harris
Expone momentos críticos en la Casa Blanca, preocupaciones sobre el uso de armas nucleares en Ucrania, los vínculos secretos del ex presidente republicano con Putin, el conflicto en Gaza y arduas negociaciones con líderes árabes
El libro, que será publicado el 15 de octubre, también muestra la frustración de Biden ante el presidente ruso, Vladimir Putin, poco después de la invasión de Ucrania: “Putin es el mal. Estamos tratando con el epítome del mal”, afirmó Biden a sus asesores en el Despacho Oval, refiriéndose a Putin como “ese jodido Putin”.
El libro de Woodward revela la naturaleza tensa y compleja de la relación entre Biden y Netanyahu, la cual alcanzó su punto más crítico durante el conflicto en Gaza en 2024. A pesar de las muestras públicas de apoyo a Israel, las conversaciones privadas entre ambos líderes estuvieron marcadas por fuertes discrepancias y duras críticas.
“¿Cuál es tu estrategia, amigo?”, preguntó Biden a Netanyahu durante una llamada telefónica en abril de 2024, al cuestionar la falta de un plan claro en la ofensiva israelí en Gaza. Cuando Netanyahu respondió que su objetivo era “entrar en Rafah”, Biden replicó secamente: “Bibi, no tienes estrategia”.
La tensión escaló aún más en julio, cuando un ataque aéreo israelí en Beirut mató a un alto mando de Hezbollah y a tres civiles. “Bibi, ¿qué carajo?”, le gritó Biden a Netanyahu, según Woodward.
El presidente de Estados Unidos no ocultó su frustración: “Sabes que la percepción de Israel en todo el mundo es cada vez más que son un Estado canalla, un actor canalla”, le espetó.
El libro detalla cómo Netanyahu intentó justificar su accionar, argumentando que habían “visto una oportunidad y la aprovecharon”, ya que, según él, cuanto más duro golpeara Israel, “más éxito se tendría en la negociación”.
Sin embargo, Biden, desconfiado de las intenciones de Netanyahu, le aconsejó no llevar a cabo más operaciones militares: “No necesitas hacer otro movimiento. No hagas nada”, le insistió Biden tras un ataque israelí en Siria que provocó una represalia masiva de Irán. Al final, Israel lanzó en respuesta un ataque limitado y calibrado contra Irán, que Biden consideró una victoria. “Sé que va a hacer algo, pero la forma de limitarlo es decirle que no haga nada”, dijo Biden a sus asesores, según Woodward.
En una llamada posterior, Biden confrontó nuevamente a Netanyahu y lo acusó de ser deshonesto: “Es un puto mentiroso”, dijo Biden en privado después de que Israel entrara en Rafah a pesar de las advertencias de Washington.
La reacción a los planes de Putin: “Esto sería una locura”
En el período previo a la invasión de Ucrania, Woodward relata cómo el presidente Biden fue informado por la CIA en octubre de 2021 sobre la inminente invasión rusa. “Fue un asombroso golpe de inteligencia de las joyas de la corona de la inteligencia estadounidense, incluyendo una fuente humana dentro del Kremlin”, describe Woodward, revelando que los datos recopilados mostraban con claridad que Putin planeaba desplegar 175.000 soldados.
Bill Burns, director de la CIA, llevó esta información a Biden, quien quedó perplejo por la magnitud del ataque que se avecinaba. “Esto es lo que Putin planea hacer”, le dijo Burns a Biden, quien respondió incrédulo: “Esto sería una locura”.
En diciembre de 2021, Biden confrontó directamente a Putin en una videollamada, presentándole la evidencia de los planes rusos. En un momento, la conversación se tornó tan acalorada que, según Woodward, Putin “planteó el riesgo de una guerra nuclear de una manera amenazante”.
“Es imposible ganar una guerra nuclear”, respondió Biden a Putin, reafirmando la postura de Estados Unidos. A pesar de estas advertencias, la invasión se concretó en febrero de 2022.
Preocupación por el uso de armas nucleares en Ucrania
“Guerra” revela que el equipo de seguridad nacional de Biden temía que Putin utilizara armas nucleares tácticas en Ucrania. Basado en informes de inteligencia, Biden llegó a creer que había un 50% de probabilidades de que Rusia recurriera a ese tipo de armamento. “Dígales lo que haremos en respuesta”, ordenó Biden a su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, en referencia a los rusos.
El libro describe una tensa conversación entre el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y su entonces homólogo ruso Sergei Shoigu en octubre de 2022. “Si usted hiciera esto, todas las restricciones con las que hemos estado operando en Ucrania serían reconsideradas”, le dijo Austin a Shoigu, advirtiéndole de las consecuencias de usar armas nucleares. “Esto aislaría a Rusia en la escena mundial hasta un punto que ustedes, los rusos, no pueden apreciar plenamente”.
“No me gusta que me amenacen”, respondió Shoigu. Austin replicó: “Señor ministro, soy el líder del ejército más poderoso de la historia del mundo. Yo no hago amenazas”.
Dos días después, los rusos solicitaron otra llamada. Esta vez, el ministro de Defensa ruso afirmó dramáticamente que los ucranianos planeaban utilizar una “bomba sucia”, una historia falsa que EEUU creía que el Kremlin estaba impulsando como pretexto para desplegar un arma nuclear.
“No le creemos”, respondió Austin con firmeza, según Woodward. “No vemos ningún indicio de ello, y el mundo se dará cuenta”.
“No lo hagas”, le dijo a Shoigu.
“Lo entiendo”, respondió Shoigu.
“Fue probablemente el momento más espeluznante de toda la guerra”, dijo más tarde sobre el episodio Colin Kahl, un alto funcionario del Pentágono, cuenta Woodward.
Biden culpa a Obama por la crisis con Putin
Uno de los momentos más reveladores del libro es la crítica de Biden a la administración Obama y la forma en que manejó la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. Según Woodward, Biden expresó a un amigo: “La cagaron en 2014. Por eso estamos aquí. Nosotros la cagamos. Barack nunca se tomó en serio a Putin”.
Biden también añadió con frustración: “No hicimos nada. Le dimos a Putin licencia para continuar. ¡Pues yo le revoco la puta licencia!”.
Trump y Putin: conversaciones secretas
Woodward también desvela detalles inéditos sobre la relación de Trump con Putin. Según el libro, en 2020, Trump envió en secreto a Putin máquinas de análisis Covid para su uso personal durante el apogeo de la pandemia.
“Por favor, no le digas a nadie que me las has enviado”, dijo Putin a Trump en una llamada telefónica. Trump respondió: “No me importa. De acuerdo”.
“No, no”, dijo Putin. “No quiero que se lo digas a nadie porque la gente se enfadará contigo, no conmigo. Yo no les importo”.
Desde que dejó la Casa Blanca, Trump ha seguido manteniendo contacto con Putin. “Ha habido múltiples llamadas telefónicas entre Trump y Putin, tal vez hasta siete en el período desde que Trump dejó el cargo en 2021″, informa Woodward, citando a un asistente del ex presidente.
Sin embargo, al ser consultado, Jason Miller, asesor de Trump, negó tener conocimiento de dichas conversaciones: “No he oído que estén hablando, así que me opondría a eso”, declaró a Woodward.
“Trump se está volviendo más errático”
El libro también documenta las conversaciones entre Trump y el senador Lindsey Graham, revelando un retrato íntimo de las luchas del ex presidente para recuperar la presidencia en 2024. Woodward escribe que Graham, uno de los aliados más cercanos de Trump, trató repetidamente de aconsejarle que dejara de centrarse en las elecciones de 2020 y se enfocara en los problemas actuales.
“Tienes un problema con las mujeres moderadas”, le dijo Graham a Trump tras las elecciones de mitad de mandato. “La gente que piensa que la Tierra es plana y que no fuimos a la Luna, los tienes. Déjalo estar”. Graham, intentando hacer que Trump superara las elecciones perdidas, le aconsejó que si ganaba en 2024, “entonces el 6 de enero no será tu obituario”.
Pero Trump, según Woodward, se mostró incapaz de dejar atrás el tema. En una ocasión, el ex presidente se jactó ante Graham diciendo: “¡He dado un discurso hoy y solo he mencionado las elecciones de 2020 dos veces!”, como si hubiera mostrado, en sus palabras, “la máxima moderación”.
Graham, sin embargo, notaba un cambio preocupante en Trump. “Trump se está volviendo más errático. Estos casos judiciales... creo que pondrían nervioso a cualquiera”, le dijo a Woodward.
El libro relata además que aunque Biden rara vez invoca el nombre de Trump en público, refiriéndose a él como “mi predecesor” o “el tipo anterior”, en privado, Biden le llama “ese maldito imbécil”.
Blinken sobre Mohammed bin Salman: “Un niño mimado”
El libro de Woodward también revela las tensiones entre la administración Biden y el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman (MBS), especialmente tras el ataque de Hamas a Israel del 7 de octubre de 2023. Durante una visita del secretario de Estado, Antony Blinken, a Arabia Saudita para negociar ayuda humanitaria a Gaza, Blinken describió a MBS como “un niño mimado”.
Woodward relata que, en lugar de reunirse de inmediato, MBS mantuvo a Blinken y a su equipo despiertos toda la noche, haciendo esperar a la delegación estadounidense hasta la madrugada. En una conversación posterior, Blinken cuestionó la insistencia de MBS en exigir un camino hacia un Estado palestino como condición para normalizar las relaciones con Israel. “¿Lo quiero?” dijo el príncipe heredero, dándose un golpecito en el pecho. “No importa tanto. ¿Lo necesito? Absolutamente”.
En marzo, durante una reunión con el senador Lindsey Graham, MBS mostró su particular forma de comunicarse con varios líderes mundiales. Según Woodward, Graham sugirió “llamar a Trump”, y el príncipe heredero sacó una bolsa con unos 50 teléfonos desechables, eligiendo uno con la etiqueta “TRUMP 45″ para hacer la llamada.
Entre otros teléfonos en la bolsa, había uno etiquetado como “JAKE SULLIVAN”, mostrando el nivel de organización de sus contactos internacionales y su control sobre las comunicaciones.
Discusiones internas en la Casa Blanca sobre Hunter Biden
El libro también arroja luz sobre la frustración de Biden con el fiscal general Merrick Garland por la investigación sobre su hijo Hunter Biden. “Nunca debería haber elegido a Garland”, confesó Biden en privado a un socio. “Esto nunca va a desaparecer, carajo”, se quejó el presidente, según Woodward.
El libro también cuenta que en la primavera de 2022, Hunter Biden irrumpió en una cena en la Casa Blanca para hablar sobre su crisis personal y cómo él tenía más que perder en las elecciones de mitad de mandato. “Hunter divagó sobre su crisis personal”, escribe Woodward. “El presidente Biden se reclinó en su silla, cerró los ojos y suspiró”.
Otra conversación significativa fue entre Biden y el ex presidente George W. Bush tras la desastrosa retirada estadounidense de Afganistán, una de las peores crisis de la actual administración.
“Oh, chico, puedo entender por lo que estás pasando”, le dijo Bush a Biden. “A mí también me jodió mi gente de inteligencia”, escribe Woodward.
La decisión de abandonar la carrera y la relación con Kamala Harris
En el verano de 2024, tras un desastroso desempeño en un debate, crecieron las dudas dentro del Partido Demócrata sobre la capacidad de Biden para continuar su campaña de reelección. Durante un almuerzo privado el 4 de julio, el secretario de Estado, Antony Blinken, uno de los funcionarios más leales y cercanos al presidente, planteó la cuestión: “¿Te ves haciéndolo otros cuatro años? Tienes que responder a esa pregunta”, le dijo, diciéndose preocupado por el legado de Biden.
El libro también arroja luz sobre la dinámica entre Biden y la vicepresidenta Kamala Harris. Harris, preocupada por el aislamiento de Biden, habría pedido a un colaborador cercano del presidente: “Te llamo para pedirte -para rogarte de verdad, en realidad- que, por favor, ¿podrías hablar con el presidente más de lo que hablas con él?”.
Según Woodward, Harris bromeó con que la única razón por la que Biden se sentía cómodo hablando con ella era porque “soy la única persona que sabe pronunciar correctamente la palabra ‘hijo de puta’”.