F1 | GP DE MÉXICO / Sainz revienta la puerta grande
Gran triunfo de Carlos en el Hermanos Rodríguez, por delante de Norris y Leclerc, con un adelantamiento memorable sobre un duro Verstappen. Alonso abandonó.
No se puede calificar de domingo tranquilo, porque la curva uno del Hermanos Rodríguez concentró, como siempre, más tensión que muchas carreras clásicas del verano. Carlos defendía la pole, su arrancada no fue mala (Lando Norris, tercero, salió tal cual) pero la de Verstappen (2º) fue mejor. Lando se encerró y no aprovechó el rebufo, pero Max atacó el interior como suele y dejó sin hueco a Sainz. Fue listo el madrileño, que abrió la trazada por la hierba y se saltó la curva (habría perdido muchos puestos de lo contrario). Al volver al asfalto cedió la primera plaza a Max y esperó su momento. Entonces hubo que limpiar el zafarrancho: Yuki Tsunoda y Alexander Albon tuvieron un violento choque en la misma salida que forzó la salida del coche de seguridad.
Ya en la resalida, Sainz fue con todo a por Verstappen en cuanto pudo abrir el DRS y remató con un adelantamiento a la altura de la presa. Se acercó al final de la recta en la novena vuelta y lanzó el coche al interior en el último momento, forzando a Max a alterar su trazada. Aguantó Carlos la acometida de Verstappen en la chicane y selló la puerta por el interior del piano de la curva tres, pura clase, pura pasión. Norris era tercero y lo vio a pocos metros de distancia. Lando, así se adelanta sin dar opción de réplica al piloto más agresivo de la parrilla.
Lástima que se emborronara la pelea cuando el McLaren acechó al Red Bull. Norris intentó la misma maniobra pero ‘Mad Max’ cerró bien y le mandó a trazar por la hierba. Es justo decir que esta vez el holandés no se pasó de duro, de hecho trazó en todo momento por dentro de la pista. Pero Lando no le quiso devolver la posición y Max se tomó la justicia por su mano: le adelantó al estilo banzái en la curva siete (Charles Leclerc adelantó fácilmente a ambos, segunda plaza de regalo), los dos por fuera de la pista, y recibió al poco rato una doble sanción de diez segundos por la obra en su conjunto. La FIA quiere apagar el fuego ya.
A partir de ahí, pasó poco. Leclerc apretó tímidamente a Sainz y abrió el DRS hasta que Carlos le dijo por la radio a su equipo que a qué estaban jugando. Al poco rato, era Charles quien tenía que levantar para gestionar las temperaturas por culpa de su bravata. Todos los cambios de ruedas fueron limpios y Sainz se quedó con el frente despejado para hacer ‘lift and coast’ y mimar al Ferrari hasta la meta. Si la victoria de Australia supo a venganza ante los suyos, esta tiene regusto a emotiva reivindicación frente a toda la F1. Su padre y su madre viajaron con él. Ahí se va un piloto grande, por la puerta grande, aunque a un equipo pequeño. El tiempo dará y quitará razones a quienes tomaron esa decisión. Mientras tanto, al señor John Elkann, presidente de Ferrari, presente en México, le salen las cuentas: con el mal fin de semana de Oscar Piastri y Sergio Pérez, Ferrari acecha el título de constructores.
No fue un doblete porque Lando encontró a su favor otra defensa de flan, la de Leclerc, que perdió el control del coche en la parabólica al final de la 63ª vuelta y entregó la segunda plaza. Como Verstappen salvó la papeleta tras la dura penalización (fue 6º), el inglés recorta diez puntos y está a 47 con cuatro carreras y dos esprints por delante (120 puntos en juego). Cuidado. Mientras, Checo coronó su terrible carrera de casa con una sanción por salir mal colocado que anuló cualquier intento de remontada. Alonso, por su parte, abandonó a las primeras de cambio su 400º gran premio de F1 por una avería en los frenos.