El día en que fuimos felices... ¡Qué golazo Miguelito!
El zurdazo de Miguel Terceros fue sensacional para clavarla en el ángulo derecho del meta colombiano. Ese 1-0 de Bolivia hizo explotar al país
El Deber
Lo de Bolivia en el Titán de Villa Ingenio fue sensacional. ¡Qué golazo Miguel Terceros, qué golazo! Las lágrimas corren por las mejillas de los hinchas porque es real, la Verde superó por 1-0 a Colombia y ya suma 12 puntos en la tabla. El país hoy festeja, celebra porque lo que hizo la selección, fue a puro hombría, ¡ganó con diez en la cancha!
El día en que fuimos felices es hoy, porque la Verde necesitaba ganar y lo hizo rompiendo además el invicto que tenía su rival, era el único que no había perdido en las actuales eliminatorias. Gigante Billy Viscarra, gigante Luis Haquin, gigante Ramiro Vaca para darle a Bolivia una victoria que mereció, que sufrió por la expulsión, pero que se supo reponer.
Hay que resaltar a Diego Medina, los 'hu...' del morocho de la casaca 3 es lo que es hoy la selección, pura garra, pura solidaridad para darle a la selección ese temperamento del que carecía. Fue el más aplaudido del público en un estadio que lució repleto y que lució con una victoria que retumba en América porque la Verde se mete en zona de clasificación.
Algarañaz arriba fue un aluvión, presionó con físico e inteligencia y solo le faltó el gol. El partido tuvo dos tiempos, el primero en el que nos costó reponernos de la expulsión de Héctor Cuéllar, y el segundo en el que supimos aguantar, sufrir, para ganar. En medio de esos conceptos, el golazo de Miguel Terceros hizo una diagonal perfecta para luego sacar el riflaco.
En esa primera parte iniciamos bien, se arrinconó a Colombia con los embates de Ramiro Vaca y Robson Matheus y estuvo a tiro de marcar el primero. Pero no pudo, pese al disparo al palo de Matheus (1’) y las llegadas de riesgo de Jeyson Chura y Miguel Terceros (10’). En ese tramo del partido, solo faltaba el gol, porque la presión de Bolivia era asfixiante.
Ramiro seguía siendo el mejor jugador y Robson lo complementaba. Y cuando intentó escaparse Luis Díaz, Diego Medina lo liquidó, le sacó un par de balones clave originando la euforia de la gente. Pero a los 20’ vino lo impensado: roja a Héctor Cuéllar que venía haciendo un gran partido, luego de bajar a Roger Martínez por un mal remate de Marcelo Suárez.
Jhon Córdoba ingresó por Martínez ante esa jugada y de inmediato cambió la figura del partido para Colombia: salió de atrás e hizo rotar el balón bajo la consigna de que ‘la pelota no se cansa’, mucho menos en la altura. Y ahí estuvo a tiro de marcar con Córdoba y Jhon Arias, más bien que en una de ellas, ‘Billy’ Viscarra tapó con un manotazo. Pero con uno menos era difícil.
“Que termine el primer tiempo por favor” gritaban desde las tribunas porque la Verde no pudo reponerse de la expulsión, siendo un golpe más mental que futbolístico. Entró Villamil para ser el tapón y permitirle a Ramiro ser el del comienzo, pero no había sociedad. El gol que le anularon a Suárez y lo contemplativo que fue Sampaio, también amilanó.
Colombia hacía su juego hasta que llegó lo impensado. Robson Matheus se avivó en un lateral, habilitó a Terceros que se sacó de encima a dos defensores con una diagonal perfecta y cuando nadie lo esperaba, sacó un zapatazo que provocó una explosión en el Titán... y en el país. Golazo para el 1-0 a los 58' del partido. La euforia fue tanta que corrieron lágrimas.
Pero faltaba mucho y había que sufrir. James Rodríguez y Córdoba nos complicaron, aunque cada vez que llegaron hasta nuestra área, Haquin, Medina y hasta Suárez que se recuperó sicológicamente, logró salvar la zona caliente. En medio de esa fatiga, la actuación del árbitro Wilton Sampaio nos complicó, cobró faltas que no eran y encima cerca del área.
Así transcurrieron los minutos finales, con Adalid Terrazas y Bruno Miranda ya en cancha en vez de Robson Matheus y Carmelo Algarañaz, cuyo desgaste era evidente. Al final la victoria no se escapó, fue tan trabajada que la celebración fue única, eufórica. Locura total en Villa Ingenio por los abrazos y los gritos de los jugadores. Se ganó, se tumbó al único invicto y ahora se sueña con el Mundial. Sin dudas, un día en el que fuimos felices.