Crisis en Bolivia: cacerolazos y protestas por los bloqueos que agravan el alza de los alimentos y la falta de combustible
Manifestantes en la segunda ciudad más grande del país exigen soluciones al incremento de precios, mientras las manifestaciones de seguidores de Evo Morales profundizan el malestar
Los manifestantes pedían al resto de los vecinos “sumarse a la lucha”, mientras que los letreros tenían inscripciones que cuestionaban la gestión del Gobierno para atender los problemas económicos de la población.
El incremento se siente también en el precio del transporte urbano, mientras que el efecto de la inflación llega a los alimentos como el las vísceras de pollo, que en las últimas semanas doblaron su precio, de 6 a 10 bolivianos (0,8 a 1,4 dólares).
El reclamo con cacerolas vacías estuvo antecedido en la víspera por la huelga de los comerciantes de carne de res, pollo y cerdo, quienes también protestaron por el incremento del kilogramo de estos productos que pasó de 23 bolivianos (3,3 dólares) a 34 bolivianos (casi 5 dólares) y que provocó la merma de sus ventas.
Al respecto, el viceministro de Comercio y Logística Interna, Grover Lacoa, informó que el Ejecutivo realiza gestiones para proveer carne a las ciudades de La Paz y El Alto, las más afectadas por los bloqueos en Cochabamba (centro) y que impiden la llegada de esos alimentos.
Lacoa explicó que el 85% del comercio del país pasa por las vías que convergen por Cochabamba ya que unen el occidente con el oriente de Bolivia, por lo que en un principio se está otorgando carne a los vendedores minoristas para que estos a su vez comercialicen el producto a la población.
Los bloqueos en Cochabamba comenzaron la anterior semana y están protagonizados por los seguidores de Morales, quienes piden resolver la situación económica, aunque también buscan que se levanten los procesos judiciales contra el también líder del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).
Las protestas por el encarecimiento de los alimentos van acompañadas también por la falta de provisión de combustibles que han generado largas filas en las estaciones de gasolina y diésel, aunque el Gobierno sostiene que eso se debe a los bloqueos de los seguidores de Morales.
Bolivia registró en septiembre una inflación acumulada de 5,5%, la más alta en una década, que el Gobierno consideró fue por el “contrabando a la inversa” o salida ilegal de alimentos a los mercados de los países vecinos en los que tienen un valor mayor.
Para mantener los precios en el mercado interno, el Gobierno estableció el arancel cero para productos como la harina de trigo, los artículos de limpieza y aseo personal además del arroz.
Algunos expertos y dirigentes sociales coinciden en que el incremento de precios se debe a la falta de dólares que persiste desde 2023 junto a la irregular provisión de combustibles.