CHAMPIONS LEAGUE | GIRONA 2 - FEYENOORD 3 / El Girona se pega el tiro en la ruleta rusa
Partido trágico para los rojiblancos: dos goles en propia puerta y un penalti fallado (también erró uno el Feyenoord). David López hizo un gol histórico, pero estéril. Como el de Van de Beek.
Da la sensación que este Girona agotó el curso pasado su capacidad de obrar milagros. O como mínimo, de ser inmortal. El Feyenoord, y la Champions, le está mostrando su lado más terrenal. También el más cruel porque mira que hizo cosas bien el equipo de Míchel como para sumar, como mínimo, su primer punto en Europa. Incluso se adelantó en el marcador gracias al histórico tanto (por ser el primero en la competición) de David López, pero se fue diluyendo. Al mismo ritmo que la mala suerte se le pegó al escudo.
La verdad es que el Girona hizo lo que parecía más complicado, que fue quitarse la presión del Feyenoord. Y más cuando Timber se adueñó de la medular. El capitán demostró ser un portento físico y también tener capacidad de dar vértigo a su equipo. Pero si de vértigo se trata, el de Tsygankov. Siempre que llegó el balón al ucraniano sucedieron cosas buenas. Suya fue la primera ocasión del duelo, en el minuto 6, y lo que permitió levantar de los asientos a los aficionados del Girona. Aunque para euforia, la que llegó con el 1-0. David López recogió un embrollo en el área para descoser la portería de Wellenreuter.
Tras su celebración fue corriendo hacia Míchel porque no se podía frenar. El técnico le corrigió la posición a Arnau para poder afinar la defensa en el dos para dos. Aunque a este Girona si algo pudo salirle mal le salió Primero con el 1-1. Paixao puso el balón en el área rojiblanca, remató Timber y lo introdujo Yangel Herrera en propia puerta. Increíble la mala fortuna de un Girona que después sufrió la lesión muscular de Tsygankov. Otra más al saco tras la de Oriol Romeu y Blind.
El adiós de Tsygankov trastocó al Girona y el Feyenoord lo aprovechó para oler la sangre y morder. Con ‘ayuda’ porque lo que David López dio con el 1-0 lo quitó después, con el 1-2. Un error suyo en la salida de balón le bastó a los neerlandeses para remontar. El omnipresente Timber cortó el balón, Paixao puso en vuelo a Milambo y este no perdonó en el mano a mano con Gazzaniga. Y hablando del portero argentino y de lo que uno te da y después te quita... fue protagonista en el 36′. ‘Vendió' con un mal pase a Iván Martín, que hizo penalti a Timber, y lo paró. Se hizo gigante ante Ueda y permitió al Girona llegar con vida al descanso.
Tras el descanso, no se vio a un Girona fluido. Demasiada ventaja para un Feyenoord que tenía puñales arriba con Milambo y Paixao. Pero también un ‘amigo’ en Ueda. En el 48′ falló una ocasión muy prometedora tras el baile de Milambo a Krejci. Pero es que parecía el día de la marmota, para mal, para el Girona. En el 50′, Hacko se hizo un gol en propia puerta (habría sido el 2-2) tras un disparo/pase de un Van de Beek que arrancó la acción en fuera de juego por culpa del hombro y el tanto se anuló.
El Feyenoord se empeñó en dar vida a los catalanes cuando, en el minuto 66, Wellenreuter cometió un penalti, infantil, sobre Miovski. ¿Pero que era lo malo que podía pasar? Exacto, el delantero fue quien tomó la responsabilidad y falló. Paradón de Wellenreuter. No se fue abajo el bloque de Míchel, sabedor que iba a tener la oportunidad de empatar y llegó. En el 73′, una gran acción de Danjuma sirvió a Van de Beek para firmar el empate (2-2). Tras este tanto, un grito retumbó en Montilivi: uruguayo, uruguayo. Por Cristhian Stuani. Salió a escena de inmediato y en su primer balón ya demostró que quería dar la puntilla. Aunque quien dio la puntilla fue Krejci en propia puerta. Pésima fortuna de un Girona que tendrá pesadillas. A seguir.