CHAMPIONS LEAGUE | BARCELONA 4 - BAYERN 1 / Este Barça da miedo
El equipo de Flick escenifica una catarsis ante el Bayern, su rival más temido, goleando por 4-1 con un Raphinha estelar. Llega al Clásico disparado.
Pocas veces en sus previsiones del día anterior, los diarios aciertan el pleno de los 22 jugadores que van a disputar el partido, Esta vez, fue una de ellas. Señal que no había secretos entre Flick y Kompany. Si los periodistas sabíamos el plan, qué no iban a saber los técnicos. En el Barça, los de siempre más Fermín, que es una microondas; y en el Bayern, cierta prudencia para guardar a Musiala a la espera de ver evolucionar los acontecimientos. Que fueron nefastos. El Barça logró algo que pocos equipos consiguen, que el Bayern bajara los brazos. Ante el resultado y ante el juego.
Ambos entrenadores fueron fieles a lo que se esperaba del partido. En 1978, Michael Cimino filmó ‘El Cazador’, un peliculón que pasó a la historia por su escena cumbre: la de Robert de Niro y Christopher Walken jugándose la vida a la ruleta rusa con un revólver. A eso jugaron Flick y Kompany. A vida o muerte. Y ganó Flick. En un partido descomunal en su primera parte con las defensas de ambos equipos a dos metros de la línea del centro del campo y mordiendo los tobillos de los defensas rivales, el Barça acabó desesperando al Bayern. Se dice pronto.
El Bayern salió a lo loco y a los 58 segundos el Barcelona le castigó con un contragolpe entre Lewandowski y Fermín que culminó Raphinha ante Neuer. Un 1-0 que enfureció a un Bayern que asedió al Barça por todos lados. A pesar del gol inicial, ni Lamine ni Pedri rascaban bola ante un equipo alemán desbocado.
Kane marcó a los 10 minutos, pero en fuera de juego. A los de Kompany les dio igual. El duelo era a muerte y ocho minutos después, el delantero inglés atacó el empate ante un Barça desbridado.
El 1-1 despertó a los barcelonistas y Lamine empezó a oxigenar el juego, Pedri a marcar el ritmo y Fermín... Fermín seguía jugando como si fuera el Diablo de Tasmania. Como si fuera el último partido de su vida. Como siempre.
A los 36 minutos, después de que el Barça controlara el arreón alemán, Fermín le hizo la del potrero a Kim, coreano de academia, para asistir a Lewandowski, que marcó el segundo ante las protestas de los bávaros.
Y antes del final de la primera parte, con el partido enloquecido, Casadó se sacó de la manga un pase digno de Schuster para habilitar a un Raphinha brutal que marcó su segundo tanto. Con 3-1 el partido llegaba al descanso, pero el espectáculo prometía muchas más emociones. Se jugaba como en la escena de El Cazador: sin reservas.
La segunda parte se inició de nuevo con el asedió del Bayern, pero una maravilla de Lamine Yamal, que se rifó a a Alphonso Davies como quiso, le sirvió a Raphinha para marcar el cuarto gol. El tercero de su cuenta particular.
El Bayern, fiel a su estilo, siguió presionando y apretando. De hecho le ganó la posesión a un Barcelona que empezó a pasárselo bien sobre el césped y que se permitió el lujo de empezar a reservar jugadores de cara al partido del sábado en el Bernabéu.
Salieron De Jong, Gavi y Dani Olmo y el partido estuvo más cerca del 5-1 que de otra cosa. El Barça se sacó una losa de encima humillando a su peor pesadilla con jugadores de la casa. Aviso a navegantes: este Barça asusta.