BORUSSIA DORTMUND 2 - ST. PAULI 1 / Quinto lesionado y dudas del Dortmund antes del Madrid

El próximo rival del conjunto blanco en la Champions sufrió para imponerse al recién ascendido Sankt Pauli y teme por Groß, tocado.

José Carlos Menzel
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El Borussia Dortmund aprobó el examen final antes de viajar al Bernabéu para enfrentarse al Real Madrid en la tercera jornada de la Champions y se impuso por 2-1 al recién ascendido Sankt Pauli para volver a sumar de tres tras la derrota ante el Unión (2-1) antes del parón y meterse de nuevo en la zona noble de la Bundesliga. La victoria, a falta de lo que hagan el resto de equipos a lo largo de la jornada, le sirve a las abejas para colocarse en cuarta posición y a un solo punto del Bayern en lo más alto de la tabla. Sin embargo, el duelo volvió a dejar un sabor amargo entre la hinchada del Signal Iduna Park por dos motivos: sigue sin convencer su equipo y, además, perdió al mediocentro Groß por lesión, quien, a falta de diagnóstico final, se suma a las bajas de Adeyemi, Reyna, Duranville y Couto.

No tardaron los borussen en adueñarse del partido y crear ocasiones claras que, eso sí, tanto Malen como Guirassy no fueron capaces de materializar. Con el pase de los minutos, los hamburgueses terminaron metiéndose en el partido y Guilavogui, de la nada, puso por delante al cuadro visitante rematando un libre directo ejecutado por Smith. Tuvieron suerte los negriamarillos y el VAR anuló el tanto por fuera de juego, provocando de esta manera que el BVB subiera una marcha más, volviera a embotellar a los de Blessin y, finalmente, terminara poniéndose por delante por medio de un cabezazo de Bensebaini al borde del descanso.

Antes de pasar por vestuarios, el Borussia pudo ampliar la renta en dos ocasiones claras más de Brandt y de Malen. En los segundos 45 minutos, ya con Gittens por el lesionado Groß sobre el terreno de juego, el Dortmund siguió mandando ante un Sankt Pauli que siguió optando por hacer daño a la contra y terminó enmudeciendo al coliseo negriamarillo en un latigazo de Smith desde 27 metros que no pudo detener Kobel bajo palos. Se notaban los aires de crisis en la grada. Había murmullos. Descontento. Hasta que apareció el kíller Guirassy para cabecear un centro de Gittens hacia el fondo de la red y salvarle los muebles a los suyos antes de poner rumbo al Bernabéu.

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