Bolivia vuelve al ruedo en eliminatorias, y lo hace, nada más y nada menos, que frente a Colombia, en El Alto

Redacción, El Deber 
El entusiasmo del hincha se encendió y apenas las entradas se pusieron a la venta, se agotaron en pocas horas. La expectativa es totalmente distinta a lo que sucedió en el pasado partido de local, ahora las prácticas ya no pasan desapercibidas y hasta hubo ‘banderazo’ de aliento previo al partido de esta jornada. La Bolivia que recibe a Colombia es totalmente distinta.


Es que las dos victorias al hilo le dieron al plantel esa inyección de ánimo que requerían. “Ahora sentimos el apoyo”, se suelen decir unos a otros. Fue por eso que cuando vieron a una gran cantidad de espectadores en las afueras del hotel Ritz, no dudaron en salir, saludar a la gente, sacarse fotos y firmar autógrafos. Se siente una conexión distinta con los aficionados.


“Gracias por venir, gracias por estar acá”, les dijo el capitán Luis Haquin a los aficionados que llegaron hasta la concentración. Más allá del entusiasmo, que lo necesitaban, los jugadores saben del desafío ya que se enfrentan a una Colombia que no perdió hasta ahora en las ocho fechas que se han disputado. Es más, viene de ganarle a Argentina, de local.


La base del equipo se repetirá con relación a los últimos dos partidos. ‘Billy’ Viscarra atajará y la última línea la conformarán Diego Medina, Luis Haquin, Marcelo Suárez y Luis Paz; Héctor Cuéllar, Robson Matheus, Ramiro Vaca; Miguel Terceros y Jeyson Chura (Adalid Terrazas) y Carmelo Algarañaz. El que vuelve tras no estar en Chile, es Ramiro Vaca.


El volante tarijeño le entrega a la selección juego, salida y sobre todo una buena pegada. Marcó el primer gol ante Venezuela y llega encendido porque quiere más tras ser figura en ese partido. No jugó en Santiago por acumulación de tarjetas amarillas, pero ahora está de retorno para ayudar en el medio y para generar jugadas de riesgo que permita golpear al rival.

Colombia, entre tanto, es una selección fuerte, tiene en sus abanderados James Rodríguez y Luis Díaz a los dos hombres más peligrosos y aunque respetan la altura, admiten que no le temen. Se prepararon en Cochabamba en procura de ir adaptándose a la altura, aunque trabajaron solo dos días de manera completa, algo que Néstor Lorenzo, observó.

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