Apagafuegos Lunin
El ucranio vuelve al centro del escenario, y arranca con el Clásico. La baja de Courtois le entrega la portería, como mínimo, tres partidos más. Siempre ha ganado al Barça.
No estará el muro de Bree en el Clásico, pero sí el de Krasnograd. Y no es baladí. Porque además es un talismán. Tres partidos ante los azulgrana, tres victorias. La primera, en la 2022-23, un 3-1 en el Bernabéu, antes de dar el golpe sobre la mesa. Las otras, en su curso de consagración. Una vez arrebató a Kepa la titularidad, fue el guardián en la final de la Supercopa de España (4-1). También el de la victoria (3-2) que terminaría por decantar la 35. En la campaña pasada fue el apagafuegos tras la rotura de cruzado de Courtois, ídem en la actual.
Premio a la apuesta por sí mismo. Aún consciente de que Tibu es el muro si no media percance, entendió que a sus 25 años, y tras reivindicarse estaba preparado para aguantar. Para ser un relevo sólido. Y en las ausencias del 1, competir. Seguir picando piedra parada a parada. Por eso renovó. Y no de cualquier forma. Hasta 2030. Seis años más con una subida sueldo, justo cuando su salida del club a coste cero ganaba peso en la balanza. El nivel de Courtois sigue en los cielos, pero un par de percances en el aductor le han dado alas a Lunin. Con regusto amargo en Lille (1-0), única derrota blanca hasta ahora, pero mejorado con el triunfo contra el Villarreal (2-0).
Un Yashin renovado
Aunque el verdadero baremo de Andriy es un curso atrás. Ahí la muestra es de 31 partidos. Sus números y actuaciones le llevaron a ser candidato al Yashin. Prácticamente infranqueable contra el Leipzig (nueve paradas en la ida, tres en la vuelta), héroe en la tanda del Etihad contra el City. Un virus le impidió pelear la titularidad de Wembley (aunque las papeletas las tenía casi todas Courtois), pero su rendimiento se llevó el reconocimiento en forma de nominación. Y de renovación, pues desde el Madrid pronto le plantaron la citada propuesta de extensión en la mesa de su agente, Jorge Mendes. Sólo las dudas, propias y de su entorno, dilataron la decisión.
Fue una temporada de campanillas. Por contextualizar, muy superior a su igual en Can Barça. Iñaki Peña también cuenta con una muestra importante en la 2023-24, 17 partidos. En términos absolutos, ambos recibieron 32 goles, pero Lunin en 31 partidos, amén de haber dejado a cero en 12 ocasiones por las tres del alicantino. Y en promedio por 90 minutos, el madridista es superior en goles encajados, paradas, porcentaje de paradas, porcentaje de porterías a cero, salidas por alto, duelos aéreos ganados, pases en largo con éxito o en pases que alcanzan el último tercio del campo. Sin Courtois ni Ter Stegen, habrá Lunin contra Peña (si no sorprende Flick con Szczesny). De momento, el cara a cara tiene acento ucranio.