Tchouameni, bajo sospecha
El papel como intocable del francés, bajo la lupa. La estadística avanzada demuestra que el Madrid, sin él, ofrece números defensivos similares. Incluso ha recibido menos goles...
Las estadísticas avanzadas evidencian que la temporada pasada, el equipo no notó apenas en cifras la presencia del francés sobre el terreno de juego. El equipo blanco ofreció en la mayoría de estadísticas defensivas casi los mismos números con y sin el mediocentro francés. Por ejemplo, los duelos defensivos ganados con él son el 60,9%, por los 59,4% sin el galo a bordo. Cuando se trata de los uno contra uno, con el francés el equipo se apunta el 46% de los mismos, y sin él, el 49,6%. Los despejes son casi idénticos (ver gráfico inferior) y quizá la estadística más llamativa es que, pese a ser el único especialista defensivo en el centro del campo blanco, el Madrid promedió más goles encajados pese a su presencia (1 por partido) que cuando no fue de la partida (0,8).
Otra estadística que puede poner de relieve la influencia de Tchouameni ya no es interna, es la que le compara con el top10 de los mejores de LaLiga en su misma posición, también con toda la temporada pasada como baremo. Pues bien, Tchouameni gana la mitad de duelos (2,3 de promedio, por 3,94 de sus competidores) y también está ligeramente por debajo en intercepciones, despejes, recuperaciones y recuperaciones en campo rival (ver gráfico inferior). Sí que está por encima en su especialidad, el aspecto aéreo (2,37 duelos aéreos ganados por cada 90 minutos, mientras que el resto del top10, 1,71). También en tiros del rival bloqueados, donde dobla la media de sus competidores (0,49 a 0,24).
El dominio de la estratosfera es la gran marca de fábrica de Tchou, la virtud que le sigue postulando como el primer central de emergencia del equipo. Dos de sus tres goles como madridista vinieron precisamente por esa fórmula, la envergadura y buen empleo en los balones por alto, con el testarazo que supuso la campaña pasada el 0-2 en Montilivi y el decisivo 1-2 en el Estadio de Gran Canaria.
Una cosa es el frío dato y otra las sensaciones, y ahí, Carletto no ofrece dudas. Se siente más seguro con Tchouameni como tapón de un centro del campo que esta temporada se va a estirar con mucha más frecuencia casi como si fuera un yoyó. El recuperado 4-3-3 para encajar a Mbappé hace que el equipo pueda correr el riesgo de ‘partirse’ más de lo esperado y el veteranísimo técnico prefiere la contundencia física del internacional bleu a las bondades de su compatriota Camavinga o del inagotable Valverde, más habituado al doble pivote, por no hablar de las prestaciones de Modric o Ceballos, que son otro perfil completamente distinto. Cama ni siquiera ha podido plantearse como alternativa, dada su lesión en vísperas de la Supercopa de Europa. Tanta lesión, especialmente en una franja media del campo ya bajo mínimos, invita además a no alterar lo que Ancelotti considera que funciona, como es el papel de Tchouameni, esté cuestionado o no de puertas hacia afuera.