Oficial: Rodri, lesión de ligamento
El City confirmó que tiene la rodilla dañada, aunque no especifica el alcance. Se pierde la temporada. Es víctima de la saturación del calendario y la falta de descanso.
“La evaluación continúa en curso para determinar la extensión total de la lesión y el pronóstico esperado. Todos en el Club le deseamos una pronta recuperación y el club le brindará actualizaciones periódicas sobre su rehabilitación”, dice.
A pesar del cierto optimismo que existía después del encuentro, donde se vio al propio jugador conversando con compañeros y rivales tras el pitido final en el círculo central, las primeras exploraciones determinaron una rotura de ligamento cruzado. El jugador viajó a España para someterse a más pruebas exhaustivas y, tras su paso por la clínica del Doctor Cugat en Barcelona, estas acabaron determinando una lesión aunque sin aclararse cuál.
Rodri Hernández dice adiós a la temporada, previsiblemente. Frente a la alegría final que se llevaron los pupilos de Pep Guardiola al rescatar, sobre la bocina, un punto ante el Arsenal (2-2), la noticia negativa de la semana ha sobrecogido a la parroquia mancuniana. Muchos ya se temieron lo peor cuando vieron los gestos de dolor de Rodri Hernández sobre el césped del Etihad Stadium a los 15 minutos de encuentro. Aún así, todavía había esperanza.
La lesión de Rodri Hernández marca un antes y aún después en la temporada del Manchester City, tanto en su defensa del título de la Premier League como en la candidatura ‘citizen’ a la Champions League. Pep Guardiola aún tiene a un Erling Haaland que ha empezado la temporada arrasando las porterías rivales –suma 10 goles en cinco jornadas– o Phil Foden, nombrado el curso pasado ‘Mejor Jugador de la Temporada’ en la Premier League, pero, sin Rodri Hernández, el de Sampedor pierde, con permiso del resto estrellas del cuadro mancuniano como Kevin de Bruyne o Ilkay Gündogan, al futbolista más determinante de su plantilla. También a uno de los mejores del mundo.
Se veía venir...
La lesión grave de rodilla de Rodrigo Hernández puede considerarse un accidente, pero también encierra detrás una serie de despropósitos que han dado con el jugador en el dique seco para varios meses. A pesar de las muchas veces en las que el futbolista clamó por la saturación de partidos y la falta de descanso, el destino quiso cebarse con él. No es el único gran jugador que en los últimos meses ha caído. En su caso, sin embargo, la tragedia se veía venir.
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En los últimas temporadas, Rodri lo ha jugado prácticamente todo. Han sido 185 partidos en tres campañas, una auténtica barbaridad (a más de 60 choques por curso) que hacía inviable que se mantuviera tanto tiempo sano. En la temporada 21/22 disputó 46 encuentros con el City y 5 con la Selección; en la 22/23 participó en 56 con el City y 16 con la Selección, incluido un Mundial a mitad de curso y una fase final de la Nations League al terminar: en la 23/24 jugó con 50 con el City y 8 con la Selección, incluyendo los de la Eurocopa; en esta, recién empiezada, llevaba 3 con el City y uno con la selección, a pesar de que la empezó más tarde por estar recuperándose de la lesión producida en la final de la Eurocopa.
A pesar de la saturación de partidos, apenas había caído hasta ahora. Tuvo un susto muy grande, también en la rodilla, ante Fluminense. Se salvó de milagro. Tuvo otro sobresalto, en este caso muscular, cuando cayó en la final de la Eurocopa. No pudo jugar la segunda mitad de aquel encuentro, aunque la historia tuvo final feliz por la conquista del título. En cuanto a sanciones, una expulsión ante el Nottingham Forest le mantuvo tres partidos sin jugar. Poco más pudo descansar.
La planificación del City también hizo masivo el riesgo de lesión de Rodri. El club fichó en su día a Kalvin Phillips como posible sustituto suyo en la plantilla, pero Guardiola no confió en él ni para partidos de segundo y tercer rango. Matheus Nunes también fracasó como posible centrocampista. La apuesta por Kovacic tampoco permitió que fuera el mediocentro único en partidos en los que el español necesitaba descansar. O jugaban juntos o el City no funcionaba. El vaivén con Gündogan, primero marchándose al Barça y luego regresando, reflejó está tendencia igualmente. Importante que estuviera, pero siempre junto a Rodri. A ojos de Guardiola, nadie fue un relevo de garantías para una posición tan concreta. Los problemas estuvieron ahí.
