NATIONS LEAGUE | HOLANDA 2 - ALEMANIA 2 / Delirio en Ámsterdam

El intercambio de golpes entre dos selecciones a las que une una rivalidad histórica termina en tablas y con mucho espectáculo para el público.

José Carlos Menzel
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No hubo ganador en Ámsterdam, pero sí entretenimiento en abundancia. El intercambio de golpes entre Alemania y Países Bajos terminó en un empate a dos que no sirve a ninguna selección a la hora de cerrar este primer parón de selecciones como líder en solitario del grupo A3 de la Liga Naciones. Un gol y una asistencia de Undav le sirvieron al combinado dirigido por Julian Nagelsmann para remontar el tempranero tanto inicial de Reijnders, pero el enésimo despiste de la defensa alemana permitió a Dumfries empatar este primer choque de trenes entre los países vecinos. También porque no fue la noche de “Wusiala”.

Hubo cambios en ambos combinados con respecto a la primera jornada. En la esquina alemana, Undav fue el elegido para sustituir al lesionado Füllkrug arriba, mientras que Koeman optó por Brobbey en detrimento de Zirkzee como aliado de Simons y Gakpo en el ataque neerlandés. Pero no hubo tiempo para tanteos tácticos dado que Reijnders no tardó ni siquiera tres minutos en desatar la locura en el Johan Cruyff Arena. Brobbey, de espaldas al marco alemán, cedió el cuero a Gravenberch. El futbolista del Liverpool, sin ningún tipo de presión a la altura de la divisoria, pudo enviar un balón en profundidad a un Reijnders que se escapó de la marca de Tah y Schlotterbeck, completamente ausentes, para fusilar a Ter Stegen en su área. Éxtasis en Ámsterdam.

Y la fiesta pudo ser mayor teniendo en cuenta las innumerables ocasiones de las que gozó la Oranje para ampliar la renta a lo largo de los primeros 20 minutos del choque. Dumfries falló una clarísima de cabeza y Simons, mucho más desequilibrante que Musiala y Wirtz, también estuvo cerca de batir a Ter Stegen en alguna que otra ocasión. Pero la Mannschaft supo aguantar el chaparrón, adelantó sus líneas para asfixiar la salida de balón holandesa y terminó obteniendo la recompensa en un final del primer período de absoluta locura. Primero fue Undav el que envió un despeje de Verbruggen tras un disparo de Wirtz al fondo de la red y luego apareció Kimmich en el descuento para finalizar una gran asistencia del delantero del Stuttgart a puerta vacía. Silencio en la grada.

Pero el estadio volvió a despertar cinco minutos después de la reanudación tras el enésimo error de la zaga de la tetracampeona del mundo. Musiala perdió el balón al borde del área, Simons se lo filtró a Brobbey, pase de la muerte del jugador del Ajax y gol de Dumfries. No hubo tregua. En la próxima acción, Havertz estuvo a punto de volver a adelantar a los de Nagelsmann en un disparo que se marchó alto. El choque se convirtió en un ida y vuelta, pero solo a los alemanes les quedaba gasolina para los metros finales. Testarazo arriba de Raum. Y balones a Musiala y Wirtz. Muchos. Todos. Hasta que la gasolina de Wusiala también se acabó.

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