NATIONS LEAGUE | FRANCIA 2-BÉLGICA 0 / Poco Mbappé, mucho Dembélé
El delantero del Real Madrid fue suplente, disputó 25 minutos y animó el partido con hasta tres ocasiones para marcar. El del PSG brilló con gol incluido.
Los menos habituales respondieron desde prácticamente el primer momento. Pese a que el inicio de los de Deschamps auguraba otro desastre ante Italia, a partir del minuto 10 todo cambió. Guendouzi y, sobre todo, Manu Koné, un centrocampista que atesora un desmesurado volumen de juego, fueron decantando la balanza del lado francés.
Fue el mediocentro de la Lazio, convocado por la baja de Tchouaméni, a través de su calidad técnica, el que acercó a Francia al gol. Avisó con un remate que terminó en las manos de Casteels, y, a la jugada siguiente, mediante varios cambios de juego del ex del OM, la subcampeona del mundo encontró su premio.
Kolo Muani, la bestia negra de Bélgica, su verdugo en la última Eurocopa, remató a la red un rechace de un remate extraordinario de Dembélé que Casteels repelió a duras penas y posibilitó el tanto del futbolista del PSG, que rinde mucho mejor con Francia que con el cuadro parisino hasta el momento.
Esta Bélgica ya no es lo que era, ni siquiera con De Bruyne en el campo. La Generación Dorada dio sus últimos coletazos en la Eurocopa. Con Tedesco, busca jugar a través de la posesión, pero le faltan piezas para ello. Y Francia, que en transición te machaca, volvió a oler la sangre.
Fue Ousmane Dembélé, que realizó un partido extraordinario, tanto por dentro como por fuera, el que aumentó la renta para Francia. Un extremo incomprendido, capaz de lo mejor y de lo peor. Con un zurdazo inapelable, el mosquito resurgió, materializando el 2-0 de Francia.
Entró Mbappé junto a Barcola, al que el público de Lyon no le perdona su salida al PSG y recibió una sonora pitada. El delantero del Real Madrid estuvo a punto de marcar hasta en tres ocasiones, la última después de una jugada maradoniana que terminó en las manos de Casteels. El delantero del Real Madrid animó el partido, pero la mala suerte, otra vez, estuvo de su parte. Un triunfo balsámico para Francia ante Bélgica.