Más lío: la UEFA dice ahora que la mano de Cucurella era penalti

Un informe elaborado por el Comité de Árbitros indica ahora que se debía haber pitado penalti en la acción en la que Cucurella desvió el disparo de Musiala.

As.com
La segunda parte de la prórroga entre Alemania y España de los cuartos de final de la Eurocopa comenzó con polémica. Un disparo de Musiala hacia la portería de Unai Simón se topó con el brazo de Marc Cucurella. Anthony Taylor, árbitro sobre el campo, y Stuart Atwell, colegiado de VAR, no vieron nada punible. Esa acción marcó un partido que resolvió MIkel Merino en el 119′ en un cabezazo que ya es historia de la Selección española.

Ahora, el Comité de Árbitros de la UEFA, en su habitual análisis sobre el arbitraje durante el torneo continental ha resuelto que esa acción está mal arbitrada. Que debía haber acabado en penalti. Que hubo un error de los colegiados ingleses a la hora de interpretar el reglamento. Lo hizo en un informe que adelantó Relevo y que pudo confirmar Diario AS. Se analizó esa jugada en cuestión por las quejas de Alemania tras su eliminación. En el país anfitrión de la Euro insistieron que fueron perjudicados ya que esa jugada tenía que haberse resuelto con pena máxima a su favor. En el informe se puso de ejemplo la acción entre Musiala y Cucurella y cómo se resolvió y cómo debía haberse resuelto.

El Comité de la UEFA resalta que es fundamental equiparar criterios a la hora de la tomar de decisiones. “Siguiendo las últimas directrices de UEFA, el contacto mano con balón que detiene un tiro a puerta debería castigarse de forma más estricta, y en la mayoría de los casos debería concederse un tiro de penalti, a menos que el brazo del defensor esté muy cerca del cuerpo o sobre el cuerpo. En este caso, el defensor detiene el tiro a puerta con el brazo, que no está muy cerca del cuerpo, haciéndose más grande, por lo que se debería haber concedido un tiro de penalti”.

La interpretación de los árbitros de la UEFA es seguir la línea marcada por la International Football Association Board (IFAB), que determina en tres casos la infracción de tocar el balón con la mano. Con el fin de determinar con claridad las infracciones por mano, el organismo destaca tres supuestos.

  • tocar el balón de manera voluntaria con la mano o el brazo, por ejemplo, haciendo un movimiento en dirección al balón con estas partes del cuerpo;
  • tocar el balón con la mano o el brazo cuando la mano o el brazo se posicionen de manera antinatural y consigan que el cuerpo ocupe más espacio. Se considerará que un jugador ha conseguido que su cuerpo ocupe más espacio de manera antinatural cuando la posición de su mano o brazo no sea consecuencia del movimiento de su cuerpo en esa acción concreta o no se pueda justificar por dicho movimiento. Al colocar su mano o brazo en dicha posición, el jugador se arriesga a que el balón golpee esa parte de su cuerpo y esto suponga una infracción;
  • marcar gol en la portería adversaria: directamente con la mano o el brazo —incluso si la acción se produce de forma accidental—, incluido el guardameta; inmediatamente después de que el balón le toque en la mano o el brazo, incluso de manera accidental.

¿Qué se dijo en su momento?

Con la premisa de que no todas las manos dentro del área son punibles. Se indicó que el árbitro Taylor acertó basado en la explicación de Roberto Rosetti, director de arbitraje de la UEFA, a los colegiados antes de la Eurocopa. El dirigente italiano indicó que si “la mano del jugador está hacia abajo, cerca del tronco, colocada de una manera natural, sin que la maniobra haga más grande al jugador y tras un tiro muy cercano, donde no hay tiempo para retirarla” no es punible. Por tanto similar a la acción de Cucurella y es lo que se dijo de la acción del lateral izquierdo español. También se dijo que no importaba para nada la dirección del balón y si este iba hacia portería o no.

Una valoración de la UEFA, que crea más lío al arbitraje, ya que muchos colegiados no saben con exactitud la decisión técnica exacta en la que se basan para decir ahora que hubo un error en la interpretación de Taylor y Atwell de no pitar penalti y de no revisar la acción.

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