El 4-4-2 reaparece en la libreta

Simeone ha recurrido a su sistema más clásico en los dos últimos partidos, Leipzig y Rayo, cuando se vio agobiado por el resultado. Koke-Gallagher, en el medio; Griezmann-Sorloth, en punta.

Jesús Colino
As
Hay muchos clásicos que no te van a fallar nunca. Pasa con la música, pasa cuando sales a cenar y más o menos así lo está viendo Simeone cuando le toca agitar a su equipo y lo coloca en 4-4-2. Lo hizo contra el Leipzig y también contra el Rayo, en dos momentos en los que al Atleti le agobiaba el resultado. En Champions, el 1-1 era insuficiente y había que apretar. En Vallecas, tras una primera parte muy pobre, tocaba rehacerse y remontar el 1-0. El dibujo más tradicional del Cholismo asoma nuevamente en la libreta.

Este domingo, el cambio de esquema vino asociado a dos cambios para montar un equipo muy ofensivo. Justo antes del descanso había entrado Giménez por Azpilicueta y, en el intermedio, Lino y Llorente dejaron su sitio a Correa y Griezmann, que formaron junto a Julián y Sorloth un ataque de cuatro puntas. Cuando fue a reanudarse el encuentro pareció incluso que el argentino se colocaba de carrilero, donde había estado Lino, pero pronto se dibujo en el césped el 4-4-2. Así, Reinildo quedaba como lateral con Julián por delante; Koke y Gallagher componían el doble pivote y arriba, Sorloth y Griezmann, con la habitual libertad del francés para que no fuera un sistema simétrico y rígido. En el tramo final, Giuliano entró en punta por el noruego.

El Atlético tuvo mucha más presencia en campo rival, con Nahuel dando más profundidad por su banda que Reinildo por la suya. Witsel y Giménez fueron suficientes para defender el área y, por delante, Gallagher se hizo omnipresente tras un primer tiempo más gris. “Había que darle al equipo herramientas”, comentó Simeone sobre el cambio de dibujo, a lo que añadió: “Es lo que los jugadores te van marcando. Sigo lo que el equipo pide. Los partidos no son iguales y van cambiando...”.

La polivalencia de Llorente, Reinildo, Lino...

Ante el Leipzig también apremiaban la necesidad y el reloj. Como explicó Simeone, el equipo empezó en 5-4-1 y pronto pasó al 5-3-2 (con Correa acompañando a Julián arriba), para hacer un giro final. El partido marchaba 1-1 y, con un triple cambio (63′) y una cuarta sustitución poco después (66′), el Cholo acomodó el bloque en el 4-4-2. De Julián en punta a una delantera con Sorloth y Griezmann, que se liberó de trabajo sucio que había ejercido durante la primera hora como interior. Además, la entrada de Nahuel adelantó a Llorente en esa misma banda. Y, como el domingo en Vallecas, con Koke y Gallagher en el doble pivote. La presión alta y la intensidad en los balones divididos del británico encendieron el Metropolitano. De nuevo, el Atlético adelantó el bloque, acorraló al Leipzig y se acumularon los remates: dos de Sorloth, uno de Lino, otro de Griezmann y el gol de Giménez.

El propio Simeone dice que los partidos y sus jugadores irán marcando el paso. En principio, la línea de cinco atrás manda, pero la polivalencia de piezas como Reinildo, Lino, Llorente, Witsel, Correa, Griezmann... le permite jugar sobre el césped con los dibujos. Incluso vio cosas interesantes con Julián en la banda izquierda de Vallecas. Los próximos exámenes servirán para exprimir la pizarra de Simeone, en la que gana peso un clásico de los buenos.

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