B. LEVERKUSEN 4 - WOLFSBURGO 3 / Xabi se abona a la épica

Un tanto en el añadido de Boniface da al Leverkusen la enésima victoria sobre la bocina. El Wolfsburgo se adelantó 0-1 y 2-3, pero no fue capaz de sumar. Los verdes acabaron con diez jugadores.

José Carlos Menzel
As
El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso no pierde de vista al Bayern de Múnich en lo más alto de la tabla en Alemania. Un día después de que los muniqueses certificaran el liderato endosándole una manita al Bremen, el conjunto de las aspirinas le remontó el choque al Wolfsburgo hasta en dos ocasiones para terminar imponiéndose por 4-3 y sumar su tercer triunfo de cuatro (cayó derrotado ante el Leipzig) en lo que va de Bundesliga. Y, una vez más, tuvo que ser tirando de épica. El tanto de la victoria, obra de Boniface, se produjo en el 93′ de partido, dando a los suyos la enésima victoria sobre la bocina. No es suerte. Es el Leverkusen de Xabi.

Comenzó el duelo de la peor manera posible para el campeón. A los cinco minutos de partido, Mukiele intentó evitar que Tomás rematara un centro de Amoura y envió el esférico con su muslo hacia el fondo de su propia portería. Eso sí, la mala cara no le duró demasiado a Xabi porque, tan solo diez minutos después, apareció su chico de oro para volver a nivelar el marcador del BayArena. Xhaka vio a Wirtz en el borde del área y le sirvió un balón raso que el crack remató con su diestra para colocarlo pegadito al palo del marco protegido por Grabara. Golazo.

Se creció el Leverkusen, Wirtz y Schick perdonaron el segundo, pero apareció Tah después de un córner ejecutado por Grimaldo para poner por delante al Leverkusen y darle comienzo a un final de la primera parte de infarto. Lo fue porque, justo después de que el internacional alemán pusiera por delante a los suyos, los de Hasenhüttl volvieron a venirse arriba para remontar el duelo en cuestión de ocho minutos. Un cabezazo de Bornauw y un latigazo desde la frontal de Svanberg volvieron a enmudecer al estadio. El rostro de Xabi al encarar el túnel de vestuarios era un poema.

Pero no tardó en volver a sonreír. Nada más regresar al terreno de juego, los visitantes se olvidaron de Hincapié en un córner y el ecuatoriano volvió a poner las tablas por medio de un testarazo. Fue a por más el campeón y tuvo el gol de la victoria en las botas de Schick y Boniface, pero se le terminó resistiendo hasta que llegó la fase que más le gusta al Leverkusen: el tiempo añadido. En el 90, el Wolfsburgo se quedó con diez después de que Gerhardt viera roja directa por pisar a Frimpong y, tres minutos después, el cuero le cayó a Boniface cerca del área chica y el nigeriano, media vuelta incluída, finalizó con la zurda para hacer estallar de nuevo al BayArena. En el último suspiro. Una vez más.

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