A casi tres meses de los primeros incendios en Bolivia, 38 permanecen activos en Santa Cruz
Un fin de semana de lluvias y acciones de parte de los bomberos voluntarios y el Estado sofocaron algunos focos y mejoró la calidad del aire. Aún queda fuego por mitigar
El fin de semana llovió en varios municipios de Santa Cruz, lo que ayudó a bajar el número de incendios y mejorar la calidad del aire en todo el departamento. A las lluvias se sumaron acciones concretas de parte de los bomberos voluntarios y del Gobierno, que realizó bombardeos de nubes y descargas áreas de agua, entre otros operativos.
En algunos videos difundidos por redes sociales se observó a los grupos de bomberos y voluntarios desplegados en las zonas afectadas que festejaban por la caída de la lluvia.
El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, informó que esta semana llegará desde Canadá un avión cisterna contratado con capacidad de carga de 11.300 litros -cuyo alquiler costará 1,8 millones de dólares- para coadyuvar a sofocar los incendios forestales que quedan en el país. Por otro lado, indicó que se realizarán patrullajes en la región de la Chiquitanía para prevenir más incendios y se instalarán hospitales móviles gracias a la cooperación china.
“Con el trabajo que hemos hecho y las lluvias se ha logrado sofocar el fuego, pero aquí no termina el problema, porque estas lluvias son pasajeras”, manifestó Novillo. Según información de la Gobernación de Santa Cruz, todavía existen incendios activos en los municipios de San Ignacio de Velasco, Concepción, Ascensión de Guarayos, Urubichá, San Matías y San José de Chiquitos.
Por otro lado, la magnitud de los incendios ha llevado a la Gobernación de Santa Cruz a declarar desastre y el Gobierno nacional activó la declaratoria de emergencia nacional, lo que posibilitó el arribo de brigadas internacionales, entre ellas de Brasil, Chile y Venezuela, para ayudar a combatir las llamas.
Incendios recurrentes en esta época del año
Los últimos años se ha quemado en Bolivia un promedio de 4,1 millones de hectáreas, en una práctica tradicional de quemar la tierra para la siembra de cultivos agrícolas, la crianza de ganado y la ampliación de la frontera agrícola. Sin embargo, a menudo estas “quemas controladas” se salen de control por los fuertes vientos y la sequía.
Esta práctica está amparada por un conjunto de leyes que favorecen las quemas y desmontes, que activistas y miembros de la sociedad civil exigen abrogar.
Ante la magnitud de los incendios de este año, el Gobierno nacional decretó una “pausa ambiental indefinida” que prohíbe las quemas y dispone el repoblamiento de áreas afectadas, según informó el ministro de Medioambiente y Agua, Alan Lisperguer.
Por las quemas ilegales, la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras (ABT) informó que ha iniciado 82 procesos penales y 297 procesos administrativos.