Una alianza para desafiar la (nociva) influencia china
Una respuesta a esta latente influencia autoritaria es la Alianza Interparlamentaria sobre China (IPAC, en su acrónimo en inglés)
Una respuesta a esta latente influencia autoritaria es la Alianza Interparlamentaria sobre China (IPAC, en su acrónimo en inglés). Aunque aún poco conocida en América Latina, esta organización tiene representación en casi 40 países, cuatro de ellos latinoamericanos. Su misión es vincular y unir fuerzas entre parlamentarios y activistas de todo el mundo para impulsar políticas públicas y medidas concretas que permitan aprovechar a China como un socio beneficioso, pero que a la vez sirvan para frenar los efectos negativos que se derivan de la relación con Beijing.
Otras dos temáticas de discusión recurrentes de IPAC son, por un lado, la defensa de los derechos humanos en Xinjiang y en el resto de China, incluido el impulso de posibles medidas contra la represión transfronteriza que China ejerce sobre los disidentes; y, por otro, la defensa legal y narrativa de Taiwán ante una posible agresión de Beijing. El diagnóstico no sólo implica concientizar sobre las catastróficas consecuencias de una invasión de la isla, sino también contrarrestar la distorsión que Beijing hace del concepto de ”una sola China” por su interpretación interesada de la Resolución 2758 de la ONU de 1971.
En este contexto, los parlamentos regionales tienen la oportunidad de ejercer contrapesos y generar control ante la amenaza que supone la falta de transparencia en la relación con China. Sin embargo, Beijing no ha dudado en amenazar directamente a los críticos, como fue el caso en Chile con dos incidentes en años recientes. En 2018, China presionó para evitar que se formara un grupo de amistad parlamentario con Taiwán, y en 2019 dos diputados, Vlado Mirosevic (P. Liberal) y Jaime Bellolio (UDI), fueron directamente criticados en la prensa por el embajador Chino, Xu Bu, por reunirse con disidentes de Hong Kong tras un viaje a Taiwán.
Este año, antes de viajar hace pocos días a la conferencia del IPAC en Taiwán, varios de los legisladores latinoamericanos fueron presionados por los diplomáticos chinos para que cancelaran su participación en el evento. La embajada china en Colombia se comunicó con el partido Centro Democrático para advertir sobre la participación de la senadora Paola Holguín, mientras que las dos representantes de Bolivia, las senadoras Centa Rek y Cecilia Requena, recibieron solicitudes para reunirse a propósito de su participación en la conferencia. Ninguno de los siete parlamentarios latinoamericanos asistentes, de Uruguay, Bolivia, Colombia y Paraguay, canceló su viaje.
Pese a las presiones chinas, que exista un esfuerzo coordinado para impulsar medidas desde los parlamentos latinoamericanos constituye una oportunidad concreta para visibilizar los desafíos de la relación con una potencia autoritaria como China y, con ello, impulsar políticas públicas que amortigüen los efectos nocivos de su influencia. A través de una paleta de representantes ideológicamente variada, IPAC se ha convertido en una plataforma necesaria desde donde enfatizar que asuntos a menudo etiquetados como “lejanos y sin reales consecuencias para América Latina”, como la defensa de Taiwán o la protección de los derechos humanos, sean también una prioridad para la región.