Tres sagas que se cancelaron porque el público les dio la espalda

Lo tenían todo para triunfar, pero estas tres sagas se quedaron a medias porque el público no consiguió conectar con ellas.

José María Villalobos
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La reciente cancelación de la segunda temporada de ‘The Acolyte’ nos ha recordado lo volatil que es el mundo del cine y las series. Hoy mismo lo contábamos por aquí, cómo lo primero que hizo James Gunn al ser contratado para reflotar el Universo DC, fue mandar al paro al elenco de la Liga de la Justicia. Ni los superheroes se salvan de cumplir con los números.

Y los número vienen dados por el público, que es el que recibe el producto y lo avala o no con su presencia. Te vamos a mostrar tres casos de sagas de que ya estaban en marcha que se cortaron de raiz por no cumplir las expectativas.

Una pequeña maravilla, una medianía y un absoluto horror. Tres sagas que murieron antes de tiempo.

No nos cortaremos al decir dónde creemos que había razón para ello o dónde se cometió una injusticia. Se trata de de dos sagas de cine y una de streaming. No olvidéis decirnos en los comentarios qué pensáis al respecto. ¡Vamos allá!

Riddick, la saga que, como su protagonista, se resiste a morir

Tenemos un cariño especial por Riddick. Es un capricho de Vin Diesel que no se resigna a desaparecer. De hecho está anunciada su cuarta parte, pero nos mantenemos cautos, ya que hace más de una década que este estupendo universo trasmedia se mantiene en dique seco cinematográfico. Tenemos pues tres películas y una de animación, así como varios cortos también animados, dos novelas y al menos un videojuego memorable en la época de PS3 y 360.

La historia de Riddick empieza de casualidad, como peligroso cargamento en una nave que termina varada en un peligroso planeta. En la modesta pera efectiva ‘Pitch Black’, su figura adquiere matices míticos en boca de los supervivientes, y se antoja un ser más peligroso que los miles que pueblan en cielo en un milenario eclipse. ‘Las Crónicas de Riddick’ iba a por todas en una apuesta más cara que engrandecía aún más al personaje. No debió cuajar, porque el cierre fue ‘Riddick’, una tercera parte mucho más contenida que era también una estupenda crónica de supervivencia con ambiente muy del pequeño clásico scifi ‘Enemigo Mío’. Por supuesto, estamos deseosos de que se cumplan los vaticinios de su vuelta en una cuarta parte.

The Amazing Spider-Man, el trepamuros con menos gracia de todos

Qué extraño fue este Spiderman. Los productores se habían cargado la tercera película de Sam Raimi sobre el trepamuros a base de saturación y exceso, así que años después se optó por soltar lastre. La vuelta se puso en manos de Marc Webb, un director indie (Raimi lo era también, pero su plasticidad de cómic y terror serie Z marcaban unos orígenes totalmente distintos), y se dio más carga a los diálogos en el guion.

El prometedor Andrew Garfield protagonizó la cinta en lo que pareció Peter Parker en una película de Woody Allen. Gardfield ponía de los nervios con su continuo tartamudeo para al segundo siguiente contar chistes bajo al máscara de Spidey. Cumplió en taquilla y llegó una segunda parte que no dejó contento a casi nadie, y que aprobó por los pelos en los sitios que recogen las críticas espcializadas y del publico.

Una de las cosas que no acabaron de encajar fue la subtrama con los padres de Peter, un misterio que se iba a desarrollar poco a poco y con el que nadie conectó. Las complicadas negociaciones de derechos del personaje para llevarlo de vuelta a Marvel terminaron por dejar fuera de juego a este insulso Spiderman. Ya de nuevo en la Casa de las Ideas, volvió a aparecer, ahora en la dicharachera nueva serie de pelis, como personaje invitado gracias a los malabares del multiverso. Se recibió bien este hecho, es lo que tiene la nostalgia, pero creemos que se actuó correctamente en su momento.

‘Rebel Moon’ o la muerte de la imaginación

Porque sabemos que Snyder está detrás, porque nos ponen esto delante sin información alguna y decimos que está hecho por una IA. Hacía mucho que no sentíamos tanta verguenza ajena viendo una película (bueno, mentimos, ‘Avatar 2′ tiene lo suyo también, pero por lo menos es defendibles en algunos aspectos). Pocas veces se ha presenciado menos imaginación en pantalla. Absolutamente todo es reciclado de otros lugares y es regurgitado aquí sin orden ni concierto. El guion es un horror, y articula un remedo de ‘Los 7 Samurais’ de Kurosawa que ya produjo con mucha más gracia Roger Corman en 1980 con muchos menos medios (y que nutrió tan bien la base argumental de Mass Effect 2).

Pero es que también tenemos sables laser, un Conan y una Furiosa de AliExpress que literalmente tienen un par de frases en toda la segunda parte, el pliegue del espacio del Dune de Frank Herbert y el caracter sexual de la versión cinematográfica de David Lynch, unos malos que vienen del espacio a robar una cosecha de trigo desde el quinto pino sideral (¡El pan más caro del universo!), un montón de dinero que no luce en pantalla porque todo parecen sets diminutos y oscuros. Ah, y toneladas de cámara lenta marca de la casa hasta para rascarse. Pura épica de baratillo.

Reconocemos que no vamos a tocar ni con un palo su reciente versión extendida. Es el vacio creativo absoluto, el futuro que nos espera en manos de la IA perpetrado por un humano hoy.

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