PARÍS 2024 | BALONCESTO / Lamento español
España cae ante Canadá y se va de los Juegos condenada por un triple empate con Grecia y Australia. La Selección, con un Brizuela memorable, se lo dejó todo. Adiós a Rudy.
El partido fue terriblemente emotivo desde el inicio. Canadá tiene talento físico. No da respiro. Desde la primera jugada, Jordi Fernández colocó a dos bulldogs, Dort y Brooks, sobre Lorenzo Brown. No han sido los Juegos de ‘Zo’, menos clarividente, y con serios problemas para gobernar los partidos como logró en el Eurobasket de 2022. No cabe duda de que los rivales han trabajado sobre eso antes de aterrizar en Lille. Lo consiguió Australia, lo anunció Spanoulis (“su clave es Lorenzo”); y lo sabía,y tenía herramientas para frenarlo, Canadá. España, atada de pies y manos, sobrevivió gracias al clásico chute de vitamina Llull al final del primer cuarto; y a Willy, la única superioridad real contra Canadá que se hipotecó pronto por las cuatro faltas. La Selección jugó a lo que único que podía, un partido cerrado en el que consiguiese que Canadá no se escapase. Pero al descanso la situación ya era límite. Shai despegó a los norteamericanos hasta los once puntos (49-38). Era evidente que España iba a tener que buscar, en el baúl táctico de Scariolo y su staff, recursos desconocidos para obrar el milagro.
Llull apareció como titular en la segunda parte. No tenía sentido guardarse nada. Pero Canadá tampoco reservó sus recursos humanos. Las manos rápidas de Dort, Shai y Alexander-Walker iban con todo a por Lorenzo y Llull. “Nuestra nueva normalidad es competir”, había advertido Sergio Scariolo antes de empezar el torneo. Y eso quiso España. Dos triples de Abrines y Juancho pusieron a la Selección a cinco puntos, ya sobre el minuto 29 (61-56). Al final del tercer cuarto, a España le quedaba un hilo de vida.
El último periodo empezó mal, con Lorenzo extraviando dos balones en la primera jugada. Pero apareció Brizuela, que encendió el microondas y permitió con su osadía que, por un momento, España pensase que era posible. Scariolo sentó acertadamente a Lorenzo. Se la jugaría con Llull y Brizuela. Y con Pradilla, otra carta en la manga. Canadá sintió el miedo. España se llegó a colocar a dos puntos (82-80) en una acción muy controvertida en la que Llull recibió falta y Dort taponó, tal vez en trayectoria descendente. Esa posible acción de tres terminó siendo sólo de un punto. Un triple de Barrett fue la puntilla (85-80) para un equipo que, incluso sangrando, se revolvió. Hasta que el tiempo dijo que era imposible, España lo intentó. Si la nueva normalidad era competir, la Selección exploró sus límites. Como capitán del grupo, Rudy puede irse orgulloso. Es un adiós que duele, un grito de lamento olímpico. Pero también es lo maravilloso del deporte.