Militao vuelve a ser Militao

El brasileño lideró una zaga que resistió hasta la aparición de la pólvora. Madridista con más recuperaciones (siete), segundo (73) en intervenciones...

Fernando S. Tavero
As
“La plantilla está cerrada”, Ancelotti dixit. La pregunta, rueda de prensa tras rueda de prensa. se formula alrededor una defensa maltrecha. Pues bien, un partido, un título. No hay mejor bálsamo contra el runrún del mercado que una portería a cero. Con la muralla Militao-Rüdiger a pleno rendimiento. El brasileño clausuró el curso pasado con dudas. Lógicas tras haber superado una rotura de cruzado. La Copa América ya mostró que el físico no era problema. La pretemporada lo refrendó. Pero Varsovia lo confirmó. Junto a Rambo lideraron una zaga que resistió hasta la aparición de la pólvora. Militao vuelve a Militao.

Con el duelo cuesta abajo, con Bellingham, Vinicius y Mbappé cocinando la sexta Supercopa, apenas hubo sobresaltos. Pero hasta ese minuto 48 en el que Vinicius mandó al dentista a Djimsiti y Valverde enjauló el primero, la Dea había sido un incordio. Lookman buscó de manera irreverente las cosquillas a los espacios existentes entre la sala de máquinas y la defensa. De Ketelaere fue un verso libre que molestó tanto como la nube de mosquitos presente en el aire. Sin embargo, también gracias a una manopla espectacular de Courtois a Pasalic, el 0 no se movió del luminoso local. En gran parte. por el estupendo partido del, en palabras de Carletto enmarcadas en contextos previos a la rotura de cruzado, “mejor central del mundo”.

Sensaciones y números

Sobre el PGE Narodowy varsoviano, Militao fue el madridista con más recuperaciones (siete), el segundo con más intervenciones (73, tras las 75 de Bellingham), completó dos entradas con éxito, también medalla de plata en pases exitosos (53, a uno de Mendy) con un 91,4% de acierto, bloqueó dos disparos... Amén de muestras de confianza múltiples, como salidas de zona para presionar con la certeza de saberse óptimo en los físico a la hora de recuperar el sitio. Entre la 2021-22 y la 2022-23, hasta el crac de Bilbao que le tuvo 232 días en el dique seco, fue el central con más duelos ganados (532) en las cinco grandes ligas, cuarto en interceptaciones (152), quinto en recuperaciones (548), quinto en despejes de cabeza (198)... El pasado es de nuevo presente..

El susto por un despeje que casi termina en autogol fue anécdota y no consecuencia. Sin Alaba hasta (presumiblemente) noviembre y sin intención, más allá de una oportunidad que aglutine todos los condicionantes necesarios (¿Laporte?), de acudir al mercado, recuperar al mejor Militao multiplica exponencialmente la importancia.

Confianza plena

La temporada pasada se recuperó a tiempo, y en tiempo récord (siete meses y medio), aunque con dudas. El 31 de marzo ya disputó, curiosamente ante el Athletic para cerrar el círculo, minutos testimoniales. En total fueron 12 encuentros, cinco de ellos como titular en Liga, pero el título ya estaba embolsado. Fueron pequeños exámenes donde el cuerpo técnico comprobó que Éder no estaba, aún, listo para noches de tronío. En Wembley, la pareja de Rüdiger fue Nacho. La alternativa ante el Bayern o City fue Tchouameni. Pero los interrogantes están enterrados. La confianza en Militao es plena.


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