Lunin vive un galimatías

El ucraniano, que fue titular hace un año en San Mamés, vio el debut liguero desde el banquillo de Son Moix y con su futuro en un punto de indefinición.

Mario de la Riva
As
La vida de Andriy Lunin en el último año ha sido una montaña rusa. De resignarse a pasar una temporada más como eterno suplente de Courtois a verse en la titularidad en San Mamés en el estreno de la pasada Liga. De estar luego relegado otra vez al banquillo con la llegada de Kepa a rehacerse y recuperar su sitio bajo el arco madridista. Y ahora, el ucraniano vio el debut liguero del Madrid desde el banquillo de Son Moix y con su futuro en el aire. De la titularidad, al banquillo y la indefinición.

Todo parecía a punto de caramelo cuando terminó la pasada campaña. Pese al fulgurante regreso de Courtois para el final de la Champions, la gran temporada que cuajó Lunin (32 goles encajados en 31 partidos) durante la baja del belga le auguraba, aunque de nuevo a la sombra de Tibu, un mayor protagonismo como escudero para esta temporada. Y ese ligero cambio de estatus iba a venir acompañado de su renovación por tres años más: hasta junio de 2028.

El verano ha pasado y no ha habido movimiento de piezas. En realidad sí hubo uno que dejó daños colaterales: el traspaso de Yoro al Manchester United dejó tocadas las relaciones entre el Madrid y Jorge Mendes, representante a la vez del central francés y del portero ucraniano. El reloj avanza y el horizonte de Lunin está más difuso que nunca. Acaba contrato al finalizar la presente temporada y, o renueva, o el Madrid corre el riesgo de verle marchar gratis el próximo verano. Y mientras, Kepa frena su salida del Chelsea expectante por si se precipitan los acontecimientos y se le abre una puerta para regresar al Madrid. 13 días más de incertidumbre.

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