La fascinante misión de monitorear el tráfico espacial: “Los satélites deberán dialogar unos con otros”
DEF dialogó con los fundadores de LeoLabs, startup que nació como respuesta al caos que implica ordenar miles de satélites que orbitan en el espacio, se mueven a gran velocidad y pueden colisionar entre ellos o con basura espacial
Mientras se desarrolla una nueva y dinámica carrera espacial, el problema de los movimientos de satélites y la gestión de los riesgos que generan la basura o chatarra espacial demandan soluciones tecnológicas innovadoras.
Más de 58.000 satélites se lanzarán a la órbita terrestre baja para 2030
Un dato para tomar dimensión de la problemática: el Gobierno de EE. UU. prevé que se lancen 58.000 satélites en los próximos seis años. En lo que refiere a la basura espacial, la Agencia Espacial Europea (ESA, por su sigla en inglés) indica que existen unos 130 millones de objetos de entre un milímetro y un centímetro de tamaño que orbitan en torno de la Tierra. La sostenibilidad del espacio es una de las cuestiones que más preocupa a las agencias estatales y a las empresas del sector.
Teniendo en cuenta este escenario es que nació LeoLabs, una compañía que se vale de modernas tecnologías, que incluyen herramientas de inteligencia artificial, para brindar soluciones. DEF conversó con su CEO, Tony Frazier, y con su COO, Daniel Ceperley, para conocer más sobre esta startup fundada hace ocho años en el corazón del Silicon Valley, Estados Unidos.
Ordenar en el caos: cómo se monitorea el tráfico espacial
“El gran problema con la órbita terrestre es que el tráfico no se encuentra organizado, ya que hay satélites que van de norte a sur, otros de este a oeste, y es muy difícil ordenarlo”, explica a DEF Ceperley.
“Sucede que los objetos viajan a 17.000 kilómetros por hora y algunos de ellos pesan cientos o miles de kilos, y su colisión podría dañar a los satélites que se encuentran en funcionamiento”, describe, por su parte, el CEO de la empresa, Tony Frazier. En ese marco, señala cuál es el principal servicio que brinda LeoLabs: “Gran parte de lo que hacemos es monitorear esa actividad en el espacio”.
La empresa, con sede corporativa en Menlo Park (California), cuenta actualmente con una red de radares en siete sitios distribuidos por todo el mundo. La explicación es sencilla: “Un satélite detectado en las Azores –archipiélago de nueve islas de origen volcánico del océano Atlántico, situado unos 1500 kilómetros al oeste de Lisboa, Portugal– puede llegar a Australia 50 minutos después”, ilustra Ceperley. LeoLabs tiene 110 empleados y cuenta además con una oficina en Colorado y una instalación de fabricación en Arizona, EE. UU.
El exponencial crecimiento del tráfico espacial como oportunidad de negocio
Actualmente, hay unos 10.000 satélites activos y se estima que serán entre 50.000 y 100.000 en los próximos cinco a diez años. Se trata, según explica Frazier, de “megaconstelaciones”, lo que “significa que los riesgos seguirán aumentando con el tiempo”.
“Por eso, necesitamos una red global que pueda convertirse en una suerte de Google Maps del espacio”, añade, al tiempo que advierte que el desafío es “manejar ese sistema tan dinámico”. “Esa es probablemente una de las aplicaciones más interesantes de nuestra tecnología, ya que, con el tiempo, los satélites deberán ser capaces de dialogar unos con otros. Por eso, el monitoreo en tiempo real va a ser muy importante para un conjunto de aplicaciones futuras”, observa el CEO.
La red de radares de LeoLabs permite monitorear, en tiempo real, objetos ubicados en baja órbita, conocida por su sigla en inglés “LEO” (Low Earth Orbit). “Actualmente, prestamos servicios al 70 % de todos los satélites que están operando en baja órbita”, destaca Frazier.
“Nuestra red está monitoreando, de manera permanente, toda la actividad que se desarrolla en la baja órbita de la Tierra para saber dónde se encuentra cada satélite y cada pieza de desecho espacial”, explica, al tiempo que aclara que LeoLabs envía una “alerta inmediata” a los operadores de satélites que se encuentran en peligro de colisión.
Entre sus clientes, se encuentran empresas líderes, como SpaceX, OneWeb, Amazon, Maxar, Black Sky y Swarm Technologies. “Somos la única empresa que hace el monitoreo completo de la órbita terrestre y ofrece un servicio de datos informativos que brindan una mayor seguridad al tráfico satelital y a las agencias espaciales”, sostiene Ceperley.
Además, en el sector público, ofrecen sus servicios al Departamento de Comercio de EE. UU. y al Ministerio de Defensa de Japón, más precisamente a su Fuerza Aérea.