La alarmante revelación de un futbolista de Platense tras la polémica con Barracas Central, el club de los Tapia: “Me da un poco de miedo decir lo que pienso”
Barracas Central fue favorecido ante Platense, apenas un episodio más de un largo listado
Cuando los ánimos se calmaron, pero todavía la jugada que había perjudicado a Platense y favorecido a Barracas Central seguía bien presente en la memoria de todos, Mateo Pellegrino afrontó los micrófonos para expresar sus sensaciones sobre el empate. Sin embargo, la respuesta del mediocampista acerca de la polémica resultó impactante: “Me da un poco de miedo decir lo que pienso”. Otra vez, temor en un jugador de la Liga Profesional al manifestarse sobre determinaciones arbitrales.
¿Qué había sucedido? La pelota quedó a la deriva fuera del área de Barracas Central tras un rebote y Guido Mainero probó de media distancia. En el camino hacia el arco, el balón impactó claramente en un brazo de Goñi, mientras Zunino justificaba su decisión de hacer continuar la jugada en que el defensor tenía el brazo recogido sobre su cuerpo. No había sido así. El Calamar se entusiasmó con la revisión del VAR, a cargo de Yamil Possi y Gastón Suárez, pero no corrigieron la determinación de Zunino sobre una de las primeras acciones del segundo tiempo. La furia se reactivó luego del pitazo final, cuando los futbolistas locales se fueron encima del juez y le reprocharon haber sido perjudicados. No quedó en eso: también hubo encontronazos con futbolistas del Guapo, el club de la familia Tapia, la del presidente de AFA.
“No hay mucho para decir. Lo vieron ustedes, lo vi yo al lado cuando pasó... Pero bueno, me da un poco de miedo decir lo que pienso porque no sabés si te conviene o no, si el viernes que viene [Platense visitará a Godoy Cruz] va a volver peor la cosa. Prefiero guardarme la opinión y masticar la bronca”, amplió Mateo, que nació hace 22 años en Valencia, cuando su padre, Mauricio Pellegrino, jugaba la liga de España en el club de esa ciudad. “¿Si es tan así? Sin dudas. Nosotros no sabemos qué podrá pasar cuando salgamos a jugar en Mendoza. Mirá si vuelve peor. A mí –soy sincero– me preocupa. Salir y no poder decir lo que uno piensa... Ya está, es así”, remató.
Lautaro Acosta: “Está todo desmadrado”
Lautaro Acosta también protestó por la actuación de un árbitro. Fue tras el 1-1 con Central Córdoba, partido dirigido por Nazareno Arasa. Los santiagueños empataron tras un penal de VAR, discutido por todo el público granate: “Él no lo cobró. Lo llaman del VAR. Ahora lo ven con 10 cámaras diferentes. Y ellos ven que hace así (mueve el codo hacia arriba) para cubrirse la cara, y que le pega. Lo que pasa es que no entiendo el criterio que se utiliza. Hace nueve meses que a nosotros no nos cobran un penal. Ayer vi una jugada de Platense y Barracas. Lo mismo, con la mano acá afuera, Y sí fue penal. Y no lo cobraron”, protestó el histórico jugador de Lanús.
Acosta continuó: “¿Qué querés que te diga? ¿Lo que sabemos todos y que nadie puede decir nada por si te van a perjudicar más adelante? Es lo que me están diciendo los chicos de prensa: ‘No digas nada porque después es peor’. El tema es después lo que dicen los medios. Después me expongo yo solo. Y los medios tienen más miedo que yo. Cuando Tevez salió a hablar fue un lío bárbaro y hay un dirigente que sale a contestar... y escribe en Twitter ¡a los jugadores! [en alusión a Pablo Toviggino, tesorero de la AFA] A Tevez, a Verón... Un tipo que le tirás una pelota y la agarra con la mano. Está todo desmadrado, es todo una vergüenza. Está todo mal, y si no levantan la voz todos... La levanto yo porque hoy me tocó a mí, pero no puedo decir más nada”, se descargó Acosta.
Ambas declaraciones, la de Pellegrino y la de Acosta, que tienen un contexto y traen recuerdos. En abril pasado, Talleres quedó eliminado de la Copa de la Liga y su delantero Federico Girotti dijo lo que pensaba tras un 2-2 con Independiente que dejó fuera de los cuartos de final a ambos equipos. “Es para cag... si hablo, porque quisieron acostarnos y nos acostaron. Todas las bol... que vinieron hablando y ahí tienen. Quisieron sacarnos y nos sacaron [...] Quieren tumbarnos desde hace varios meses y hoy lo lograron, nos robaron la ilusión en este fútbol que está tan manchado”, expresó el ex atacante de River.
Luego cruzó a Pablo Toviggino, uno de los dirigentes de AFA más cercanos a Claudio “Chiqui” Tapia, que había escrito en la red social X un posteo crítico contra Juan Sebastián Verón y Andrés Fassi, presidentes de Estudiantes y Talleres, respectivamente. “Toviggino sale a hablar en la semana ¿Quién es Toviggino? Sale a hablar de Verón, de nosotros, del fútbol argentino... Parece que acá los cabezas de termo tienen ventaja. Como somos un club ordenado, como les da bronca que estamos bien, así nos sacan. Nosotros veníamos acá sabiendo lo que podía llegar a pasar y pasó”, disparó Girotti.
Poco después, ante la posibilidad concreta de que AFA lo demandara en la Justicia penal, y de sufrir además una fuerte sanción deportiva, el jugador publicó una historia en la red social Instagram, en la que le pidió disculpas a la entidad que gobierna el fútbol argentino y al dirigente Toviggino, su tesorero. Girotti cambió furia por paz. Al delantero se podía aplicarle el artículo 158 del Reglamento de Transgresiones y Penas de AFA, que estipula “suspensión de diez a treinta partidos al jugador que falte el respeto debido a la A.F.A., cuerpo colegiado o dirigente de la misma, sin que medie injuria grave, ofensa o agresión”.
Las polémicas alrededor de los fallos que favorecen a Barracas Central suman capítulos desde que el club estaba en el ascenso y tuvo la meteórica llegada a la primera A. Los errores arbitrales que eran muy marcados en alguna época por los perjudicados ahora no trascienden tanto. Hay un director todopoderoso, silencio de la mayoría de los clubes y un desprestigio semanal del VAR. Los Pellegrino y los Girotti son pocos. Los cuestionamientos por la interpretaciones que surgen al aplicar la tecnología se dan mucho más en privado, pero nadie se atreve a cuestionar públicamente a Federico Beligoy, el director nacional de Arbitraje que tiene la venia de Tapia.
El año pasado, en junio, el despido a Diego Abal tras un error garrafal en el VAR en Gimnasia vs. Sarmiento retumbó en el mundo AFA, allí donde los empleados se quedan por años. “El fútbol argentino se maneja como un gremio”, decían quienes transitan los pasillos de las oficinas de la calle Viamonte y el predio de Ezeiza. Señalaban la verticalidad en la gestión.
La llegada de la tecnología brindó a los árbitros principales un chivo expiatorio. Muchas veces, ante el pedido de explicaciones por parte de dirigentes o futbolistas se escudan en la cabina de las tres letras. “Yo vi otra cosa y fue lo que cobré. Lo raro es que el VAR no me haya avisado”, suele ser la respuesta de los supervisados por Beligoy.
No siempre, claro. El 29 de julio pasado, en el partido que Atlético Tucumán le ganó a Barracas Central por 2-0 en la cancha de Huracán, Andrés Merlos sancionó un penal para el Decano. Desde el VAR invitaron al juez a mirar la jugada para anular el fallo, pero éste se sostuvo en su postura al observar las imágenes en el monitor. Tras ello, Merlos no fue designado para las dos siguientes fechas, mientras que Lucas Novelli, a cargo del VAR en aquel encuentro, fue elegido para dos clásicos en forma consecutiva. Es como si todos supieran que el error es tan parte del trabajo como las presiones y los silencios.