Hace 5 años que no pierde y se transformó en la deportista más joven de Estados Unidos en ganar una medalla de oro: el emotivo festejo con su abuelo
Amit Elor se consagró en la categoría de de 68 kilos de lucha. Las imágenes junto a sus familiares conmovieron al mundo
“Todavía no lo puedo creer. Creo que tengo un poco de síndrome del impostor. Todavía me siento como esa niña pequeña que empezó a luchar hace poco, pero acabo de convertirme en campeona olímpica. Es uno de los mejores momentos de mi vida. Lo recordaré siempre. Es una de las mejores sensaciones del mundo”, declaró la heroína tras su victoria sobre la kirguisa Meerim Zhumanazarova, mientras celebraba su triunfo con la bandera del país del norte.
Elor llegó a París como favorita a pesar de tener que competir en una categoría inferior a su peso habitual. Todos sus éxitos anteriores habían sido en la categoría de 72 kg, inexistente en la cita de la capital francesa, lo que la obligó a bajar cuatro kilos. Sin embargo, esto no fue un obstáculo para su éxito continuo. En sus dos primeros combates, acumuló un resultado combinado de 18-2, y en semifinales venció a la norcoreana Pak Sol Gum en apenas 1:44 minutos.
Nacida el 1 de enero de 2004, año en que la lucha femenina fue incluida en el programa olímpico, Elor parece haber nacido para este deporte. Descubrió su pasión al acompañar a su padre a los entrenamientos de su hermano mayor. A lo largo de su carrera, ha tenido que superar numerosos retos, incluyendo la resistencia inicial de sus compañeros masculinos a enfrentarse con ella. Además, ha lidiado con pérdidas familiares significativas: en 2018, uno de sus hermanos fue asesinado en un robo, y en 2022, su padre falleció durante la pandemia de coronavirus. En octubre pasado, sufrió otro duro golpe con los atentados de Hamas en Israel, país con el que tiene un fuerte vínculo emocional.
“Soy una atleta que lucha orgullosamente por Estados Unidos pero, en mi corazón, también lucho por Israel. Me sentí conmocionada, profundamente triste y preocupada por los ataques”, expresó antes de llegar a Francia. Con el oro al cuello, dedicó unas palabras a sus orígenes: “Me enteré de que casi todo el país me estaba mirando y que estaba en todos los canales de noticias. No puedo creer todo el amor que he recibido. Realmente espero haber llevado aunque sea un poco de alegría a la gente en este momento”. Sin dudas, las imágenes de emoción cuando compartió su codiciada medalla con su abuelo recorrieron el mundo.
Elor ya mira hacia el futuro, con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de 2028 en Los Ángeles. “Mi mayor sueño de todos los tiempos es estar allí. Soy de California y es mi lugar favorito para vivir”, afirma. Ganar otro oro en casa es la nueva ambición de esta invencible luchadora, la deportista más dominante de Estados Unidos.