Germán Pezzella remarcó en su presentación la importancia de Gallardo para volver a River
El defensor, al igual que el técnico, tuvo un evento especial en el museo del club y destacó el llamado del Muñeco para tener un segundo ciclo con la Banda.
Mientras el plantel se prepara para recibir a Huracán este sábado en el Monumental, hito que marcará el inicio del segundo ciclo de Marcelo Gallardo como entrenador, la dirigencia realizó la presentación oficial de Germán Pezzella como sexto refuerzo del mercado de pases, quien remarcó la importancia del Muñeco para efectuar su retorno al club que lo formó.
El llamado del flamante DT fue clave para conseguir el arribo del central ganador de la Copa América 2024 con la Selección Argentina. A pesar de que ya había hablado con Betis para bajar su cláusula de rescisión de 50 a 4 millones de euros, la Comisión Directiva del Millonario nunca había logrado alcanzar un acuerdo contractual con él. Pero el firme pedido del Gallardo y el deseo del jugador de retornar al país destrabaron su salida.
Con respecto a su posible debut ante Huracán, Pezzella sostuvo que entrenó durante toda la semana a la par de sus compañeros pero que la decisión final es del entrenador: "No toqué le tema de los minutos con Marcelo. Él decidirá que es lo mejor para el fin de semana. Al que le toque estar en los partidos, sé que lo hará de la mejor manera. Me sorprendieron en los entrenamientos. La cancha seguro va a revantar".
Además de agradecerle a Betis por entender su voluntad para regresar al país, el defensor manifestó que en el mes de abril había sido contactado por Leonardo Ponzio, secretario del club, pero que, en ese momento, no podía tomar una decisión: "Le fui sincero. Estaba compitiendo con Betis y, cuando frenara, me iba a parar a pensar en la mejor posibilidad para mi futuro. Tomar una decisión de este calibre también se hace junto a la familia. Con mi mujer y mis amigos, ya cuando faltaban detalles, no veíamos la hora de volver".
Pezzella también se refirió a la diferencia entre pisar el Monumental con la Selección Argentina y el equipo que lo formó, destacando que poder mirar las tribunas con la camiseta millonaria le traía un montón de recuerdos. "Parece mentira que me toca volver nueve años después y con Gallardo como DT nuevamente", agregó.
Por último, de cara al duelo por Copa Libertadores contra Talleres, el zaguero remarcó que no basta tan solo con tener el escudo de una institución como River en el pecho: "El objetivo es respetar la historia y filosofía del club. Se debe jugar bien, que la gente disfrute y ganar. Nada se consigue por tener solamente el escudo, aunque sea muy grande. Es trabajo diario para escribir la historia. Esa es la manera que conozco".
Es habitual que los hinchas del Millonario le recuerden frecuentemente a Pezzella el día que le hizo un gol a Boca con el traje de delantero puesto. Fue en un Superclásico de octubre del 2014, en el que la Banda perdía por 1-0 ante el Xeneize en el Monumental bajo una fuerte tormenta, gracias a un tanto de Lisandro Magallán.
"Yo estaba entrando en calor e imaginate, estábamos perdiendo el Superclásico y yo siendo defensor… No vas a entrar en la vida. Me empieza a señalar y me dice ‘vení’.Yo era uno de los primeros en la fila y miro hacia atrás como diciendo ‘¿a quién está llamando? ¿Voy a entrar yo?’. Y Matías (Biscay) me dice ‘pero vos’. ‘¿Yo?’, le decía. ‘Sí, vos´. Bueno, voy y dije ‘¿qué estará ideando en su cabeza…?´", contó en una charla con Clank.
En este sentido, reveló: "Me dice ‘andá y parate adelante’. Y yo lo miro y le digo ‘¿pero qué, me quedo ahí?’. Y me dice ‘vos quedate ahí adelante que te van a llegar centros y vas a tener que hacer un gol’. Yo lo miré y dije ‘cuando las primeras dos pelotas me pasen lejos lo van a querer matar a él y a mí, a todos’".
La profecía del Muñeco se cumplió a la perfección. A los 33 minutos del segundo tiempo, y en una cancha en la que era imposible gambetear, Ramiro Funes Mori mandó un centro al área que encontró la cabeza de Pezzella. El arquero Agustín Orión contuvo el remate, pero no pudo con el rebote. Si bien todavía quedaba resto para que el resultado se modificara, el 1-1 quedó firmado definitivamente después de aquella jugada de ajedrez.