Estados Unidos rechazó el avance de Israel con un nuevo asentamiento en la Cisjordania ocupada
El país norteamericano encuentra “incompatible con el derecho internacional” la expansión de los colonos israelíes sobre la región palestina. Aun así, no ha implementado sanciones directas
Esta ocupación de tierras palestinas, en la gobernación de Belén, permitirá convertir el ‘puesto de avanzada’ de Nahal Heletz -como se denomina a las colonias construidas en Cisjordania sin la autorización legal requerida por el Gobierno israelí- en un asentamiento que conectará el complejo de 18 colonias de Gush Etzion con Jerusalén.
La creación de estos asentamientos es vista por gran parte de la comunidad internacional, incluida la administración del presidente Joe Biden, como un obstáculo para la solución de los dos Estados.
“Consideramos que eso es incompatible con el derecho internacional”, subrayó Patel, reiterando la oposición de EEUU a la expansión de asentamientos en la Cisjordania ocupada por Israel desde 1967.
Patel también destacó en sus declaraciones que la política de asentamientos de Israel socava la viabilidad de una solución pacífica y que la administración estadounidense se opone firmemente a cualquier medida que avance en ese sentido. Mientras tanto, la aprobación de nuevos asentamientos se produce en un lugar de significativa relevancia histórica y cultural, declarado Patrimonio de la Humanidad, lo que añade una capa más de controversia a la situación.
La construcción de asentamientos en territorios ocupados, según el derecho internacional, es ilegal, y la comunidad internacional en su mayoría, sostiene esta visión. Sin embargo, Israel continúa con su política de expansión en esas áreas, desafiando resoluciones y acuerdos previos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados palestino denunció este miércoles la ocupación de las tierras, que se produce “a la luz del fracaso internacional en la implementación de las resoluciones pertinentes de la ONU, especialmente la resolución 2.334″.
Violencia en Cisjordania
Cisjordania ocupada se encuentra sufriendo su mayor espiral de violencia desde la Segunda Intifada (2000-05). En lo que va de 2024 al menos 290 palestinos han muerto por fuego israelí, la mayoría milicianos o atacantes pero también civiles, incluidos unos 70 menores -según el recuento de la agencia de noticias EFE-, tras cerrar 2023 como el año más letal en dos décadas con más de 520 muertos.
El Ejército israelí intensificó sus ya frecuentes incursiones en Cisjordania tras el ataque de Hamas del 7 octubre y, desde entonces, han muerto 633 palestinos en incidentes violentos con Israel -147 menores-, principalmente con tropas y una decena de ellos a manos de colonos.
En la última semana (del 6 al 12 de agosto), la agencia de la ONU para asuntos humanitarios (OCHA) ha documentado 25 ataques de colonos causando seis heridos palestinos, incluidos dos niños.
Del lado israelí, han muerto este año 21 personas: 11 uniformados y diez civiles, cinco de ellos colonos.