El Servicio Secreto de Estados Unidos dio de baja a varios agentes tras el intento de asesinato de Donald Trump
Reportes señalan que el jefe de la agencia en Pittsburgh, donde ocurrió el atentado, se encuentra entre los desvinculados
La seguridad en el mitin del 13 de julio en Butler, Pensilvania, ha estado bajo escrutinio, con serias preocupaciones sobre cómo el sospechoso fue capaz de acceder a una azotea cercana con una línea de visión directa a donde Trump estaba dando un discurso.
El Servicio Secreto se ha declarado “avergonzado” por el fallo de seguridad y su directora, Kimberly Cheatle, dimitió diez días después del hecho.
El portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, no confirmó los reportes. “Estamos examinando los procesos, procedimientos y factores que llevaron a este fallo operativo”, advirtió, y dijo que “cualquier violación identificada y corroborada de la política será investigada (...) para una potencial acción disciplinaria”.
Trump recibió un disparo en una oreja, un asistente al mitin murió y otras dos personas resultaron heridas en el tiroteo. Las autoridades del FBI aún no han identificado el móvil del presunto autor de los disparos, Thomas Crooks, de 20 años, que fue abatido por un agente del Servicio Secreto tras abrir fuego.
Tras el ataque, el Servicio Secreto recomendó a Trump que evitara los grandes actos al aire libre. Posteriormente, el republicano dijo que continuaría con los mítines al aire libre y que el Servicio Secreto había “acordado intensificar sustancialmente su operación” para protegerlo.
La semana pasada se supo que el plan del Servicio Secreto para incrementar la seguridad de Trump incluye el uso de pantallas de vidrio blindado. Normalmente, esas láminas a prueba de balas solo se proporcionan a los presidentes y vicepresidentes cuando se considera necesario en apariciones al aire libre.
El candidato presidencial republicano celebró el pasado miércoles su primer mitin al aire libre desde su intento de asesinato con una seguridad reforzada. El escenario elegido fue la ciudad de Asheboro, en el estado clave de Carolina del Norte y donde Trump estuvo protegido por las mencionadas láminas de cristales antibalas durante su discurso.
Amenazas de muerte en Arizona
Por otra parte, las fuerzas de seguridad del condado de Cochise, en el estado de Arizona, anunciaron el jueves que arrestaron a un hombre de 66 años por presuntamente hacer amenazas de muerte contra el ex presidente Donald Trump.
“Este individuo (Ronald Syvrud) ha sido detenido sin incidentes en el condado de Cochise. Agradecimos la información recibida y los increíbles esfuerzos de colaboración con todos nuestros socios de seguridad pública”, señaló un comunicado de la Oficina del Sheriff del Condado de Cochise. Anteriormente, había pedido en redes sociales más datos sobre el sospechoso por “amenazas de muerte a un candidato presidencial”, si bien también tenía orden de arresto pendientes por atropello, fuga y delito grave por no registrarse como delincuente sexual.
Trump estuvo el jueves en el condado de Cochise para pronunciar un discurso en la frontera entre Estados Unidos y México. El equipo del ex presidente fue informado sobre la búsqueda de este hombre antes de que llegara a la frontera, según fuentes consultadas por la cadena de televisión CNN.
Al ser consultado sobre estos hechos, Trump dijo que no sabía que las autoridades le estaban investigando, si bien no “estaba tan sorprendido”. “He oído que es peligroso, pero también tengo un trabajo que hacer. (...) Probablemente quieran ocultármelo”, declaró.