El Racing de los delanteros y el poder de fuego no pudo con un Independiente que terminó el clásico con 9 jugadores
El árbitro Nicolás Ramírez expulsó a Damián Pérez (en el primer tiempo) y a Federico Vera, sobre el final; en Avellaneda hubo tensión pero faltaron los goles
Más allá de lo que se pone en juego en cada clásico, el partido se anunciaba como una oportunidad de despegue para dos equipos que venían en levantada. Nada de eso ocurrió. Se repartieron los puntos, aunque con sensaciones dispares. El Rojo hizo su negocio. Por el contexto del club y por las particularidades del partido, el empate puede resultar un espaldarazo más de confianza para el ciclo de Julio Vaccari que empieza a tomar vuelo. La Academia chocó contra la frustración. Ni Adrián Martínez, ni Johan Carbonero, ni Maximiliano Salas, ni Roger Martínez ni Juan Fernando Quintero pudieron llevar al resultado la diferencia que se notaba en el juego.
Si hasta los 28 minutos el dominio académico había sido claro, el perfil que asomaba del partido quedó más marcado aún. Lo que había anticipado la Academia con algunos contraataques que también le costaron tarjetas a Independiente (Luna y Vera) se hizo carne cuando Baltasar Rodríguez generó la expulsión de Damián Pérez, que cortó al mediocampista cuando se iba de cara al arco de Rodrigo Rey.
El Rojo pareció salir decidido de entrada a volver el jugo lo más lento posible y darle la pelota al equipo local. Aquello se acentuó cuando se quedó con diez hombres. Quedó claro con el retoque táctico de Julio Vaccari: salió el atacante Alexis Luna e ingresó el zaguero Marco Pellegrino. La visita quedó con un 5-3-1, con Diego Tarzia en el andarivel izquierdo como única carta de sorpresa.
El arquero Rodrigo Rey había sido exigido en aquella primera media hora de juego. Racing pareció salir decidido. Con convicción. Gustavo Costas apostó por los colombianos Roger Martínez y Johan Carbonero. Dejó a su compatriota Juan Fernando Quintero sentado en el banco de suplentes.
Los colombianos estuvieron activos. Carbonero exigió a Rey en tres oportunidades. Cuando Independiente quedó con 10, sin embargo, pareció acomodarse mejor. El partido se empezó a jugar más lejos de su arco, ante un local que se empezaba a apurar en las decisiones. Sobre el final del primer tiempo llegó la explosión. A la salida de un córner, un doble cabezazo entre Roger Martínez y Santiago Sosa le daba el 1 a 0 a Racing. El Cilindro entró en estado de ebullición. El VAR hizo que sea en vano: Sosa estaba un paso adelantado. El 0 a 0 al entretiempo no se movió.
Las modificaciones que ambos entrenadores llevaron a cabo para la segunda mitad del partido no cambiaron la tónica. Costas quitó a Facundo Mura, amonestado, para apostar por las trepadas de Gastón Martirena. Vaccari reemplazó a los lastimados Kevin Lomónaco e Iván Marcone. Pero el partido fue el mismo. Racing tratando de encontrar un hueco en la muralla roja, sin demasiadas luces para no caer en el embudo defensivo que proponía el Diablo.
Para colmo, las veces que logró entrar por allí, sus delanteros fallaron. Lo que pocas veces ocurre. Maravilla Martínez lleva 33 partidos con la camiseta de la Academia. Marcó 23 goles, repartió seis asistencias. En el primer clásico del año, en el Libertadores de América, fue el héroe con el único tanto del partido. Todas las luces estaban puestas sobre él. Pero estuvo desenfocado el 9: en la segunda mitad tuvo dos chances claras, pero no resolvió como acostumbra hacerlo.
Ocho veces llegó a rematar Racing dentro del área en el partido. En pocas de esas obligó a Rey a una gran reacción. Pese a su buena actuación del pasado martes ante Huachipato, Costas decidió dejar a Quintero como una carta para el segundo tiempo. Se la jugó por Roger, que fue de mayor a menor. El ingreso del número 8 no le dio a la Academia la calma que necesitaba, más allá de alguna pincelada de su zurda.
Cada minuto que pasaba era una gota más de confianza en el equipo visitante. Empezó a crecer la figura de Joaquín Laso y también se volvieron más amenazantes las excursiones al área rival. Tal como lo había pensado Vaccari cuando reacomodó el equipo, Tarzia tuvo en su zurda la pelota para ganar el partido, después de una buena jugada que comenzó con un espectacular taco de Adrián Sporle. Pero se fue ancha.
Lo mejor del partido
La Academia chocó con los recurrentes problemas que no puede resolver cuando debe ir a buscar el partido. Si bien no fue en desventaja en esta ocasión, ya demostró sus limitaciones para dar vuelta un resultado cuando el rival se mete atrás. Los partidos pasan (Unión, Godoy Cruz, Sarmiento, Gimnasia) pero las soluciones no aparecen. Sólo ante Deportivo Riestra, con aquel gol agónico de Santiago Solari, logró doblegar a un rival que junta defensores contra su área.
Ante Independiente fue una fotocopia de aquellos partidos. Con la diferencia de que se trataba de un clásico. Hasta el 2025 ya no habrá revancha. Así se explica el 0 a 0 de este partido al que le sobraron incidencias pero le faltaron emociones.