El chavismo impulsa un proyecto para controlar las redes sociales y Maduro apuntó contra TikTok: “Quieren una guerra civil”
“Ellos son los responsables de la llegada de Milei y de los fascistas”, aseguró el dictador venezolano
“Acuso a los directivos y dueños de TikTok de querer la guerra civil en Venezuela, de apoyar el fascismo en América Latina y el Mundo. Ellos son los responsables de la llegada de Milei y de los fascistas, tienen una alianza TikTok con el fascismo”, denunció el dictador.
Esta denuncia se produce días después de que el jefe de Estado dijera que TikTok e Instagram son “multiplicadores de odio” en el país.
La crítica de Maduro a TikTok se produce cuando el Parlamento de Venezuela, controlado por el chavismo gobernante, impulsará una regulación de las redes sociales a través de la reforma de una ley contra el odio, usada con frecuencia para imputar opositores, dijo este lunes el jefe legislativo, Jorge Rodríguez.
La iniciativa forma parte de un paquete de leyes que impulsa el jefe parlamentario, que incluye además la aprobación de una ley para regular oenegés y otra para castigar el “fascismo”, término con el que el gobierno también suele referirse a sus detractores.
“Venezuela necesita reglamentar el funcionamiento de las redes sociales”, expresó Rodríguez.
“Vamos a dedicarnos a la tarea en este período de sesiones” de “aprobar un paquete de leyes que usted ha solicitado para poder cuidar y defender a nuestra población del odio, de las expresiones de odio social, del terrorismo y de la difusión de ideas fascistas y de ideas de odio en las redes sociales”, dijo el funcionario durante un acto, dirigiéndose al presidente Nicolás Maduro.
Maduro asegura que las redes están siendo utilizadas para atacar su reelección, denunciada como un fraude por la oposición, que reivindica la victoria de su candidato Edmundo González Urrutia.
La unicameral Asamblea Nacional tiene ya aprobadas en primera discusión una ley que regula el financiamiento de las oenegés, blanco frecuente de ataques desde el poder, y otra contra el fascismo, que propone la ilegalización de partidos y multas de hasta 100.000 dólares para empresas, organizaciones o medios que financien actividades o difundan información que “incite al fascismo”.
Una vez sean confirmadas en segunda discusión, podrán promulgarse. “Hay muchas organizaciones no gubernamentales que son la fachada para el financiamiento de acciones terroristas”, señaló Rodríguez.
“Vamos a revisar la ley contra el odio para incorporar los elementos relacionados con siembra de odio en las redes sociales”, siguió el diputado.
La ley contra el odio de 2017 fija penas de hasta 20 años de prisión y la mayoría de los presos políticos están imputados de delitos contemplados en esta legislación.
Maduro ya suspendió por 10 días la red social X tras acusar a su propietario, Elon Musk, de incitar al odio y al fascismo. El plazo termina en principio el lunes 19 de agosto.
Bloqueo a X
La semana pasada, Maduro ordenó bloquear durante diez días la red social X, antes Twitter, por “incitar al odio” y violar “todas las leyes” del país latinoamericano, en un nuevo enfrentamiento entre el mandatario venezolano y el multimillonario estadounidense Elon Musk, propietario de la mencionada red social.
“Musk es el dueño de X, y ha violado todas las normas. Todas las normas de la propia red social Twitter, hoy conocida como X, incitando al odio, a la guerra civil, a la muerte, al enfrentamiento de los venezolanos. Y en Venezuela hay ley, y vamos a hacer respetar la ley”, relató durante un evento.
Maduro pidió “sacar la red social durante diez días de circulación en Venezuela para que presenten su recaudo”. “¡Fuera X! ¡Fuera Elon Musk! Get out!”, concluyó.
No es la primera vez que Maduro y Musk se atacan verbalmente, recientemente el jefe de Estado venezolano afirmó que el magnate pertenece a una “secta satánica del poder estadounidense”.
Tras las elecciones presidenciales, Musk escribió que “Maduro no es un buen tipo” y que “Venezuela se merece algo mucho mejor”. Este último le desafió públicamente a una pelea y Musk aceptó, condicionando un eventual fracaso del “dictador” a una renuncia del cargo.