Copa Sudamericana: Boca superó a Cruzeiro con un lindo gol de Edinson Cavani, pero necesita ser más completo
Mejoró en la mitad final y ganó en su estadio por una buena acción colectiva resuelta por el uruguayo; requiere de constancia para llegar lejos en el certamen
Un Boca apático y estructurado desaprovechó los primeros 45 minutos de una serie que no tiene mañana para su perdedor. Atado, impreciso y sin fluidez en el juego, el cuadro xeneize dividió la tenencia con un Cruzeiro ordenado que se sintió demasiado cómodo en una Bombonera adormecida. Sin Equi Fernández –transferido a un club de Arabia Saudita– y con un Kevin Zenón desconocido, Boca fue una continuidad de lo que venía mostrando y no resultó capaz de generar una sola ocasión de gol. El arquero Cássio, verdugo de Boca en 2012 y 2022 por Copa Libertadores, fue prácticamente un espectador.
La fricción y las pelotas divididas se volvieron moneda corriente en una primera etapa entrecortada en la que Boca, confundido, no encontró los caminos para doblegar a su adversario. Esta vez ni los centros de Lautaro Blanco surtieron efecto: uno, desviado; otro, al arquero; otro, a un oponente. Cristian Medina no logró ser la manija y Cavani y Miguel Merentiel, desabastecidos, se destacaban más por sacrificio que por juego. El equipo azul y oro, para colmo, mostraba serios desacoples defensivos que ponían en riesgo la valla de Sergio Romero: Gary Medel y Cristian Lema defendían mano a mano, y Cruzeiro, parado de contragolpe, tenía campo y pelota para avanzar hacia al área.
Pero Boca, como en muchos partidos del ciclo de Diego Martínez, cambió la cara en el segundo tiempo. El principal acierto del DT no fue tanto el ingreso de Agustín Martegani por Jabes Saralegui sino sostener en cancha a un Zenón desconocido que pedía a gritos quedarse en el vestuario. El ex mediocampista de San Lorenzo aportó pausa y claridad en el juego, pero fue Zenon el autor intelectual del golazo. Boca hilvanó una segunda jugada asociada a los 64 minutos de acción y Cavani, hecho para esta clase de partidos, no perdonó. Lema anticipó en el medio, Martegani dejó dos hombres en el camino y Zenón, tras un toque de Medina, puso la pelota cortada para que el uruguayo venciera a Cássio con un sutil toque de derecha.
El Matador promedia casi medio gol por encuentro (20 en 41 partidos), con el plus de que la mayoría de sus tantos sirvió para ganar. Un tiro libre del oriental, de hecho, le dio vida a Boca en Paraguay en la etapa de grupos de esta Copa, el de aquel recordado gol frente al débil Trinidense. Y Edinson volvió a convertir frente a Fortaleza (1-1), Nacional (el segundo del 4-0) e Independiente del Valle (el gol del pasaje a los octavos). Esta vez estuvo muy cerca de marcar su segundo doblete en azul y oro. A los 29 minutos de la mitad final, y tras un centro de Zenón, definió con tres dedos a contrapierna del arquero, y su tiro se estrelló en un palo. En el rebote, Cássio le ahogó el grito al ex futbolista de Unión con una atajada a quemarropa.
El empuje de la gente también jugó y Boca se animó a más entre los 20 y los 35. Aceleró, fue a fondo, llenó de centros desde los costados el área y exigió a Cássio con un par de remates desde fuera. Pero Cruzeiro, que estaba como para el cachetazo, aplacó los ánimos en la Bombonera con dos llegadas claras. Un disparo de Kaio Jorge al primer palo pegó en la parte externa de la red y una bomba de Lautaro Díaz fue bien resuelta por Chiquito.
Compacto de Boca 1 vs. Cruzeiro 0
Aunque Boca pudo marcar algún gol más, la victoria en casa aportó paz a un equipo siempre convulsionado y urgido de buenos resultados. Tal vez un 2-0 se habría adecuado mejor al desarrollo del encuentro, y en especial al del segundo tiempo. Aun así, Boca hizo los deberes, volvió a ganar en su casa, acumula 15 partidos sin caídas en condición de local y afrontará lo que viene –el clásico con San Lorenzo y la revancha en Brasil– con una perspectiva diferente.