El conjunto patrocinado por la Red Bull remonta un 2-0 al campeón y le
inflige su primera derrota después de 35 partidos ligueros consecutivos
sin perder. Doblete del desatado Openda.
As
Tuvo que llegar el día y llegó este sábado.
El Leverkusen, después de un total de 35 partidos ligueros consecutivos
sin conocer la derrota, volvió a perder un choque en la máxima
competición alemana. Lo hizo ante un grandísimo Leipzig que supo
remontar el 2-0 inicial para terminar convirtiéndose en el primer equipo
que tumba al conjunto dirigido por Xabi Alonso después de la temporada
perfecta que le llevó a la primera ensaladera de su historia hace solo
unos meses. El protagonista fue Openda, autor de un doblete que
dio tres puntos de oro a un conjunto de la Red Bull que se despide al
parón con seis puntos de seis en el casillero. De momento, en el este de
Alemania no parecen echar demasiado en falta a Dani Olmo.
El
campeón saltó al terreno de juego del BayArena de la misma manera que
lo había hecho durante toda la temporada pasada: siendo protagonista en
todo momento, acosando al rival y reflejando esa superioridad en el
marcador. Excepto un contragolpe de Openda que Šeško no supo
materializar solo ante Kovář, el primer tiempo fue un monólogo renano
que terminó dando sus frutos en cuestión de seis minutos de pura pregada
al borde del descanso. Frimpong, sacando petróleo de un despeje
defectuoso de Klostermann, y Grimaldo, finalizando una maravillosa
combinación entre Xhaka y Wirtz en el área, colocaron el 2-0 en el luminoso a falta de segundos para el final del primer período.
Lo
que ocurrió es que los sajones supieron aprovecharlos para volver a
meterse en el partido antes de pasar por vestuarios: Henrichs colgó un
centro al corazón del área donde Kampl, más solo que la una, batió a
Kovář de cabeza. Los pupilos de Xabi seguían en shock tras la reanudación
y, después de que el linier anulara un tanto de Lukeba debido a que
Šeško había rozado el cabezazo del francés en fuera de juego,
permitieron que Openda finalmente pusiera las tablas en una contra de
manual. Rose, técnico del RB que había visto la segunda amarilla en la
primera parte por protestar, vio desde la tribuna como el choque se
terminó convirtiendo en un intercambio de golpes con final feliz para
los suyos gracias a un latigazo del desatado Openda desde la frontal que, después de una eternidad, hizo que llegara el día que Xabi nunca deseó.